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Capital Político

Irán los morenos al límite

Un consenso entre Sheinbaum, Monreal y Batres está más que alejado de la realidad.

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Digan lo que digan, la delegada en Tlalpan, Claudia Sheinbaum, ya lo expresó con todas sus letras: en la CDMX no habrá consenso para lanzar a un candidato, por lo que el puesto se definirá en una encuesta entre ella, Ricardo Monreal y Martí Batres.

Ayer anduvieron circulando versiones de que entre los tres lograrían un consenso para presentar ante la dirigencia nacional de Morena un solo nombre, pero nada más alejado de ello, sino todo lo contrario.

Primero, porque en sus declaraciones la jefa delegacional en Tlalpan dijo lo que todo el mundo sabe: que los tres irán hasta la última instancia en su intento por lograr la candidatura para buscar gobernar la capital del país a partir de 2018.

Los acuerdos por consenso se podrían dar en posiciones menores, pero en lo que respecta a la joya de la corona, que es la ciudad, se definirá en tiempos extra y en penales; o sea, en una encuesta en la que la dirigencia nacional tendrá mano para validar o no los resultados.

En el mismo sentido, Monreal dejó claro ayer que la del próximo año será su única y última oportunidad de gobernar la CDMX, por lo que no tiene la menor intención de bajarse del barco y que a nadie le quepa duda de que su nombre estará en las boletas del 18.

En las últimas semanas el jefe delegacional en Cuauhtémoc le ha jugado a La Chimoltrufia, pues primero dice que será candidato a como dé lugar, incluso por otro partido; luego que sólo lo hará por Morena y que acatará lo que decida Andrés Manuel López Obrador.

Apenas ayer volvió a decir que le hagan como quieran, pero que él será candidato al gobierno de la capital. ¿O sea?

Por lo que respecta a Batres, que es el más débil de los tres, en su desesperación se ha estado acercando a algunos jefes delegacionales del PRD para pedirles que lo apoyen en la consulta de septiembre próximo, y que con ellos no habría problema en el 18.

Aunque parezca increíble, hay algunos que no ven tan mal la idea de apoyar al dirigente local de Morena para que logre la candidatura, pues de los tres aspirantes sería el más débil y al que con toda probabilidad podrían derrotar.

Sobre todo por los negativos que tiene entre la ciudadanía y por los amplios expedientes que hay de él en su paso por el gobierno de la Ciudad de México, que fácilmente atorarían el discurso de honestidad valiente que presumen los morenos.

Coinciden en que los más fuertes son Sheinbaum y Monreal, pero sobre todo la tlalpense, que está en el corazón de dirigente nacional de Morena y a la que todos apuntan como favorita.

El asunto es que un consenso entre los tres está más que alejado de la realidad, y que hasta los delegados perredistas meterán su cuchara en la elección del candidato moreno, para obligar a López Obrador a utilizar su dedo y con ello fracturar al partido en la ciudad.

CENTAVITOS… Los que de plano ya no se pueden ver ni en pintura son el perredista Víctor Hugo Romo y la panista Xóchitl Gálvez, quienes hace meses tenían un pacto de no agresión que al parecer la hidalguense rompió al acusar a su antecesor de quebranto y exigir que lo investiguen.

Ahora que Romo acusa de transa a Gálvez y exige que la investiguen, la señora no se aguantó y dejó con la mano estirada al del PRD delante de Miguel Ángel Mancera ayer en Chapultepec, durante la puesta en marcha del programa “Mi Primer Trabajo”. Ese par ya trae pique y parece que no hay reversa.

http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/07/12/1175112

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