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Capital Político

Aturde Salgado a los morenos

Hay temores de que financieros de Tláhuac pudieran haber intervenido en Tlalpan.

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La andanzas del delegado Rigoberto Salgado, a quien vinculan con el crimen organizado en Tláhuac, puede ocasionar un efecto dominó en las filas de Morena de la CDMX, por lo que varios de sus actores andan nerviosos y lo que le sigue.

Aunque nadie se atrevería ni en broma a vincular a Claudia Sheinbaum con esos grupos, entre los morenos hay ciertos temores de que financieros de Tláhuac pudieran haber intervenido en Tlalpan.

Quizá, por ello la jefa delegacional aceptó la ayuda de Hugo Scherer, un personaje que durante varios años ha ofrecido sus servicios como consultor de la izquierda, trabajando incluso para Miguel Ángel Mancera como procurador.

A los oídos de Andrés Manuel López Obrador llegó la versión de una reunión de Sheinbaum y su esposo Carlos Imaz con altísimas fuentes de Gobernación para ver si la investigación contra Salgado alcanza alguna área de Tlalpan.

Habrá que recordar que Eugenio Imaz, director del Cisen, es hermano de Carlos y, por lo tanto, cuñado de Claudia. Nada de ilegal tendría esa reunión, pues de lo único que se trataba es de conseguir información, pero dicen que a López Obrador no le agradó ser el último en enterarse y dio un manotazo sobre la mesa, que hasta Mario Delgado alcanzó a leer. Y conste que Scherer es su viejo conocido, pues ha tenido una constante relación con él e incluso los estuvo ayudando en la estrategia de Morena durante la pasada elección en el Estado de México.

Este detalle puede incidir en la próxima encuesta para definir la candidatura Morena al gobierno de la CDMX, que está prácticamente a la vuelta de la esquina.

Sobre este tema, por cierto, se dice que Sheinbaum intentó prolongar la elección interna, al menos, un par de meses más, con el pretexto de promover más al partido, pero que tanto Ricardo Monreal como Martí Batres se opusieron.

Aunque la verdad hay algo más de fondo: Monreal no quiere que el proceso interno se dé cuando legalmente haya iniciado el año electoral, porque en caso de perder ya no podría ser candidato de otro partido.

La ley dice que, quien participe en un proceso interno para buscar una candidatura de elección popular, no podrá participar para el mismo proceso en otro sino, hasta la siguiente elección.

Algo así como lo que le aplicaron en 2015 a Marcelo Ebrard, quien primero lo intentó por el PRD y al perder la consiguió por el MC y se la anularon. Como Monreal no quiere que le pase lo mismo en caso de que le hagan chanchuyo en Morena, prefiere que la elección interna se dé en tiempos en que aún no es legalmente año electoral.

Y por cierto, parece una mala broma la inscripción de Mario Delgado para la candidatura de la CDMX. Si en 2012 con todo el aparato y los recursos que Ebrard puso a su disposición quedó en la cola, ¿qué puede esperar ahora?.

CENTAVITOS… Aunque se acordó que cada delegado moreno nombre a su sucesor, y en el caso de la Cuauhtémoc Monreal quiere que sea Néstor Núñez, la semana anterior se inscribió el diputado José Manuel Suárez del Real.

Aunque en el equipo del zacatecano consideran que su inscripción fue una estrategia de Batres para encarecer la negociación, el propio diputado aclaró que él no está en esas dinámicas y que si se anotó fue porque sus vecinos se lo solicitaron y él decidió trabajar en forma conjunta para transformar esa delegación.

Cierto que Suárez del Real es alguien que hace equipo, conoce la historia de la Cuauhtémoc y es un hombre intachable, por lo que, efectivamente, puede aspirar por méritos propios.

http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/08/07/1180036

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