Por Jorge X. López
La Academia Mexicana de Derecho Ambiental (AMDA) encargó cuatro peritajes especializados en materia ambiental, desarrollo urbano, patrimonio cultural y antropología social, y los cuales concluyeron que hay irregularidades y omisiones en el proyecto de la Línea 7 del Metrobús.
Estos peritajes, explicó el presidente de la AMDA, Rolando Cañas, se presentaron al juez octavo de distrito como pruebas que fundamentan los dichos sobre las afectaciones y violaciones que hay y que tendrían de consumarse la construcción de esa línea dentro del juicio de amparo que tienen contra esa línea.
En materia de impacto ambiental, Pedro Álvarez-Icaza, quien fuera director general de ordenamiento ecológico de la Semarnat, refutó los peritajes presentados por el gobierno capitalino, ya que la persona que lo realizó no cuenta con las acreditaciones en materia ambiental necesarias para sustentarlo, sino que es un ingeniero civil.
Presentó también evidencia de la falta de estudios suficientes para el otorgamiento de la autorización de impacto ambiental por parte de la Sedema, así como el incumplimiento o cumplimiento tardío de las condicionantes necesarias para iniciar la obra.
Asimismo, identificó el incumplimiento de legislación a nivel federal y, consecuentemente, la falta de permisos ante la Semarnat.
El peritaje de impacto ambiental señala que la autoridad indica que se realizó una consulta ambiental, sin embargo, la información presentada por el gobierno de la Ciudad de México es contradictoria y evidencia que dicha información es falsa y representa un fraude al repetir en distintas delegaciones la misma lista de asistentes y las mismas fotografías.
De las irregularidades en el área de desarrollo urbano y movilidad, el peritaje pone de manifiesto que no se contaron con los estudios suficientes que justifiquen la necesidad de la obra y que garanticen la movilidad de los habitantes de la Ciudad de México.
El experto en Diseño de los Asentamientos Humanos, Edgar Sánchez Barrientos, señaló que la obra además, no cuenta con estudios de factibilidad urbana, social y técnica por parte de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda local, ni con los estudios de impacto urbano considerados en la Ley de Obras Públicas del Distrito Federal.
En cuanto al patrimonio cultural, el maestro en restauración de bienes inmuebles, Tenoch Medina González, explicó que es grave que el proyecto no respete el paisaje de la zona y prive a la sociedad en general de apreciar la riqueza arquitectónica y urbanística, así como el paisaje natural de la zona.
Finalmente, el antropólogo Víctor Villanueva, recalcó que no hubo una consulta previa libre e informada a los pueblos y barrios originarios, y comunidades indígenas residentes sobre el proyecto y sus consecuencias.
Foto: Mario Salazar.
