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CDMX

Se manchan con Salgado

Parece que el delegado de Tláhuac de plano no sabía lo que le esperaba, pues ni preparado iba para responder a los cuestionamientos que le llovieron durante su comparecencia en la ALDF, donde le advirtieron que lo van a destituir.

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Por la Mafía del Poder

La comparecencia del delegado Rigoberto Salgado en la ALDF fue una auténtica masacre, pues no sólo los perredistas, sino la batería de diputados de todos los partidos se alinearon para aporrearlo por los recientes hechos en Tláhuac.
Si el delegado sabía cómo se le iba a poner la cosa en su visita a Donceles, lo menos que debió hacer fue prepararse para dar alguna respuesta coherente y calmar a la jauría, que al verlo tartamudear se enardeció más.
Pobre Salgado, que si alguna vez se sintió poderoso e intocable con el apoyo de su ex socio ‘El Ojos’, ayer lució completamente indefenso ante la batería de cuestionamientos que le fueron cayendo uno a uno.
Tan nervioso se puso el delegado que ni sus tarjetas de apuntes pudo encontrar, lo que aumentó la tensión en su rostro, que conforme pasaba el tiempo se notaba más desencajado.
Sus compañeros morenistas intentaron ayudarlo en un principio, pero fue imposible ante la evidencia de documentación que se le iba acumulando luego de cada acusación.
Los diputados integrantes de la Comisión de Gobierno de la ALDF lo fueron acorralando y cuando lo vieron completamente indefenso, y abandonado por la diputación morena, le tiraron la dentellada.
Le anunciaron que se preparara porque iba a ser destituido.
¿Pero sería sólo destitución?
El que Salgado pueda ser destituido es una posibilidad tan real que el propio delegado ya lo empezó a asimilar.
¿Pero estará consciente de lo que podría venir después de la destitución?
Pues nada más y nada menos que la cárcel, porque las acusaciones no son nada sencillas y la mayoría conlleva a un ejercicio penal, lo cual también es una posibilidad real.
Porque además de que existan los elementos, el asunto es un tema político que será aprovechado por los adversarios políticos de su padrino Andrés Manuel López Obrador para tirarle el discurso de honestidad valiente que pregona.
Sus rivales necesitan a un moreno en la cárcel para meterlo en el mismo paquete que los ex gobernadores priístas y del PAN, a fin de que le electorado se dé perfecta cuenta de que El Peje es un mentiroso y tan corrupto como los demás.
Y el tabasqueño podrá recurrir a su tan cacareada retórica de que él pasa por los pantanos sin mancharse una pluma y que sus aliados son los corruptos, no él, pero el chiste es que los ladrones se le están acumulando al interior de la casa.
Porque si López Obrador se va a llenar de colaboradores corruptos y no va a responder por ellos, ¿pues dónde está el cambio y el combate a la corrupción?
No cabe duda que lo de Tláhuac abre un boquete en los morenos de la CDMX.

El transporte de clase mundial
A quien de plano le urge una buena limpia es a Miguel Ángel Mancera, quien no sale de una y se mete en otra.
Y es que parece que de un tiempo acá nada le sale, pues apenas unos días después de presumir su metrobuses de dos pisos como un transporte de clase mundial para la capital, en la primera, prueba se estrella uno.
Pero sólo al gobierno se le ocurre tratar de pasar un autobús doble bajo el techo de donde cabe uno sencillo.
Pues claro que se atoró y dañó no sólo a la unidad, sino a la estación de la Línea 6 donde se realizaba la prueba de campo.
Parece que Mancera pensó en un transporte de clase mundial para la CDMX, pero jamás pensó en un conductor o en una estación de clase mundial para esos camiones.
Y ya que el jefe de Gobierno anda con la moda de su “clase mundial” para todo, debería pensar en una calles pavimentadas de clase mundial.
O en policías, servicios, seguridad o atención de clase mundial, nomás para hacer juego, no.
Bueno, con que bacheara las calles sería suficiente para empezar.

*El Irreverente publica de lunes a viernes

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