El último día de su estancia en territorio colombiano antes de partir a Roma, el papa Francisco sufrió un incidente mientras se desplazaba en el papamóvil por Cartagena.
El sumo pontífice se golpeó la cara y en pocos minutos en el pómulo de su ojo izquierdo apareció un hematoma. En la ceja también se le veía una leve herida.
El incidente ocurrió cuando alguien de la multitud intentó acercarle un niño pequeño. En ese momento el papamóvil desaceleró y Francisco se golpeó la cara contra el vidrio protector al intentar bendecir al niño.
Tras el golpe un par de gotas de sangre mancharon su vestimenta, pero a pesar de ello no detuvo su recorrido y continuó saludando a los congregados.