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Investigación

SCREWBALL / Como perros y gatos

A través de diversos actos de campaña, cómo los partidos han elevado el tono de sus descalificaciones y mutuas acusaciones de haber traicionado a los ciudadanos y de incurrir en los mismos vicios y actos de corrupción.

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Por Ernesto Osorio

@Brosorio, @Gaceta_C y @discursoydebate

Inicia junio y con ello el último mes de campañas para que los y las candidatas a distintos cargos de elección popular en la Ciudad de México logren lo que hasta ahora no han podido: el convencimiento de los ciudadanos de que sus propuestas son la mejor opción para resolver nuestros problemas.

Una explicación a esto es que a diferencia de procesos electorales anteriores, en que a estas alturas se podía anticipar la victoria del proyecto de la izquierda que ayudó a sentar las bases de nuestra incipiente democracia, ahora el pronóstico es reservado y se ha estancado en dos principales ofertas que antes eran una sola y ahora son aparentemente antagónicas: PRD y Morena.

A lo largo de estos días hemos sido testigos, a través de diversos actos de campaña, cómo estos partidos han elevado el tono de sus descalificaciones y mutuas acusaciones de haber traicionado a los ciudadanos y de incurrir en los mismos vicios y actos de corrupción que antes achacaban sólo al PAN o al PRI, sin percatarse que con ello lo único que han logrado es abonar en el descontento y hastío de los capitalinos hacia sus gobernantes.

Preocupa, sobre todo, que el encono haya crecido entre sus dirigentes hasta arrastrar a ciudadanos a hechos que han ocasionado lamentables consecuencias, como las que se presentaron durante el pasado fin de semana en la Delegación Venustiano Carranza o a inicios del presente proceso electoral en la Delegación Coyoacán.

Lo hemos dicho varias veces, a nadie conviene seguir promoviendo la cultura de la descalificación y el insulto, pero nadie ha querido rectificar.

Las causas de esta crispación entre morenos y perredistas podría explicarse por varios motivos: La deficiente calidad y escasa cultura política y conducta de quienes en este momento son sus dirigentes; una política tutelada, excluyente, que restringe y bloquea la participación social, y una escasa institucionalidad que se caracteriza por el despotismo, el grito y el insulto.

Quienes detentan el poder actualmente no entienden que para hablar hay que saber escuchar, y que sobre este binomio se sustenta el diálogo y se crean las bases para el respeto y la tolerancia.

Recordemos que en la antigua Grecia existieron dos estados democráticos: el ateniense y el espartano. Los atenienses fueron los creadores de la democracia directa, y los espartanos, de la democracia representativa.

Los atenienses no votaban, pues sabían que el voto favorecía sólo a los acaudalados. La democracia ateniense era deliberante, racional, expositiva, y los ciudadanos discutían las cuestiones de estado en una plaza.

Por su parte, los ciudadanos espartanos eran simples espectadores, votantes manipulados, pues elegían aplaudiendo o exaltando a sus candidatos. La de Atenas era la democracia como gobierno del pueblo. La de Esparta era una democracia como gobierno de los políticos. ¿Cuál de estas dos aplican Morena y el PRD?

En nuestra ciudad, ambos se funden en un esquema mixto a su conveniencia, que responde a sus particulares intereses para lograr el poder y detentar una moral social que -hasta ahora- ninguno de los dos ha demostrado tener.

La Comida por la Ciudad de México convocada por el candidato del Partido Humanista, Marco Rascón, la semana pasada, parecía ser un loable intento para lograr la civilidad entre los candidatos y para dejar en claro que una cosa es la competencia política y otra la intolerancia y la arrogancia de quererse arrogar la razón en todo.

Pero los asistentes se quedaron cortos, pues su presencia obedeció más a un deseo implícito de querer demostrar, con su sola presencia, quiénes están de lado del autoritarismo y la intolerancia

Una sociedad que se digne ser democrática, debe siempre reconocer que existe el derecho a disentir y de que a partir de las diferencias se pueden encontrar coincidencias para beneficio de la mayoría.

Pero el odio, el rencor y la discordia que han acrecentado en este periodo tanto PRD como Morena, nos hace verlos como perros y gatos, tanto que nos hacen anticipar que los próximos seis años de gobierno en la Ciudad de México estarán marcados por el bloqueo entre ambos, siendo al final los ciudadanos quienes pagaremos los platos rotos.

*Es fundador y Director editorial CDMX de los portales digitales de información www. discursoydebate.com y www.gacetaciudadana.com. Cuenta con 25 años de trayectoria periodística trabajando la fuente política y social de la Ciudad de México. Es diplomado en artes culinarias y jugador amateur de soft-baseball. 

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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