Ni siquiera ha sido declarada oficialmente jefa de Gobierno, pero Claudia Sheinbaum ya da órdenes a las autoridades de la CDXM y lo mismo quiere hacer con los diputados de la Asamblea Legislativa, sobre qué se debe y no se debe hacer en la ciudad.
Primero impidió que el Colegio Rébsamen, de tan malos recuerdos para los padres de varios niños que murieron ahí y para ella misma, fuera demolido por las autoridades, pues afirma que las investigaciones no han terminado.
Dijo que no se debería demoler aún, y la administración de José Ramón Amievaobedeció ciegamente, a fin de que la exdelegada en Tlalpan no se fuera a enojar.
Y hoy, mientras el jefe de Gobierno sustituto sigue rogando a los diputados que convoquen a un periodo extraordinario en la ALDF para que modifiquen el Presupuesto 2018 y puedan destinar fondos a la reconstrucción, Claudia dice que primero tiene que ver si es necesario.
En entrevista realizada durante su visita a la Casa de Campaña de Andrés Manuel López Obrador en la colonia Roma, la futura gobernante de la capital indicó que valorará si se requiere o no el extraordinario en Donceles.
Que hoy día se reunirá con los diputados de Morena para ver la viabilidad de la propuesta y después decidirá, ya que existe la posibilidad de redistribuir los recursos desde la Secretaría de Finanzas capitalina.
Esta declaración se suma a la que hace poco hizo para exigir que la Asamblea Legislativa no haga extraordinarios para aprobar temas como el Sistema Local Anticorrupción; que eso se haga hasta la instalación del primer Congreso, que dominará Morena.
Qué bueno que muestre interés por la Ciudad que le tocará gobernar, pero habría que recordarle unas cuantas cosas.
En primer lugar Claudia aún no es gobernante y, le guste o no, hay un jefe de gobierno que, aunque tímido y temeroso para tomar decisiones, constitucionalmente es el que manda; no es ella la que está al frente, por lo que debería abstenerse.
En segundo, que la ALDF es un poder distinto a la Jefatura de Gobierno y que la ley no le faculta a tomar decisiones sobre lo que acuerden los diputados. Así que eso de que “valoraré” si es necesario un extraordinario o no, no es de su incumbencia.
Si dice que lo consultará con su actual bancada, alguien tendría que recordarle a Sheinbaum que los diputados de Morena pasarán como los más flojos de toda la historia y que ni siquiera encabezan sus comisiones.
Por lo pronto, ayer por la tarde, la Comisión de Gobierno que encabeza Leonel Luna, analizaba si programaba un extraordinario para el tema de la reconstrucción.
La decisión deberá corresponder a ellos, no a Claudia, pero si ni el Gobierno de la CDMX ni la Asamblea quieren molestar a la futura gobernante, pues que de una vez le den las llaves porque faltan cinco meses para que asuma y seguramente serán un infierno.
Qué feo haber empezado como jefes, y en unas cuantas semanas acabar como gatos.
CENTAVITOS… Vaya que causó ruido la declaración de Raúl Flores, líder del PRD local, quien hace unos días salió a repartir culpas por la derrota electoral del pasado 1 de julio en la capital, pues pasó a raspar a varios. Al interior del sol azteca dicen que sus declaraciones fueron a título personal, cosa que nadie cree porque Raúl no se manda solo y el tono de sus palabras se asemeja más a un comunicado que a una opinión propia. Su salida levantó un torbellino y provocó una reunión de emergencia de los perredistas para aclarar paradas.
