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Investigación

CRIANDO CUERVOS / La sórdida lucha por migajas del PAN

El proceder del presidente nacional panista, Damián Zepeda, y del ex candidato presidencial, Ricardo Anaya, está muy alejado de lo que pregonan como camino a seguir en ese instituto político.

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Por Javier Ramírez

Lejos de abrir el juego en la sucesión de las dirigencias estatales y nacional del Partido Acción Nacional, el grupo Anaya intenta, primero, deshacerse de sus rivales más incómodos, ajustar cuentas y, sólo después, comenzar con el proceso de renovación de liderazgos.

El proceder del presidente nacional panista, Damián Zepeda, y del ex candidato presidencial, Ricardo Anaya, está muy alejado de lo que pregonan como camino a seguir en ese instituto político.

Luego de los desastrosos resultados obtenidos, que marcarán un antes y un después en el PAN, Zepeda ha dicho que sí, que su salida de la presidencia panista es un hecho, pero primero se enfocarán en la defensa de los pocos triunfos que obtuvieron. Sin embargo, del dicho al hecho… primero va la revancha que planean los anayistas.

De entrada, su intento de madruguete al aplicar a los senadores rebeldes Ernesto Cordero y Jorge Luis Lavalle, además de la ex zavalista y ex diputada federal Eufrosina Cruz, una sorpresiva expulsión horas antes de arrancar la votación el 1 de julio, se les revirtió.

Ante la queja que los afectados interpusieron en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la Sala Superior determinó que las expulsiones deberán ser atendidas, primero, por la Comisión de Justicia de este partido.

Pero eso no es todo, apenas a finales de la semana pasada Zepeda reveló que en la lista de expulsión de la Comisión de Orden y Disciplina Intrapartidista del Consejo Nacional del PAN, también figura como candidato el ex presidente Felipe Calderón.

El refrán diría que andan buscando ya no quién se las hizo, sino quién se las pague, pero Anaya, Zepeda y su grupo están buscando que no se las vayan a cobrar a ellos e intentan una purga dentro del PAN tan burda como poco efectiva.

Y para muestra, la resolución del Tribunal Electoral que determinó que ni siquiera se había agotado el recurso interno en el partido para sacar a los indeseados panistas.

El asunto se vuelve complicado para el grupo que tiene el poder en el PAN, porque si las expulsiones se las regresaron a la Comisión de Orden y Disciplina, y además tienen en mente hacerle lo mismo a Calderón Hinojosa y a varios ex gobernadores, ¿cómo empatarán esa embestida con el argumento del presidente de primero la defensa de los triunfos panistas y luego todo lo demás?

Zepeda deja entrever que no le interesaría pelear por mantener la presidencia del PAN, y todos en el equipo de Anaya confirman que éste no buscará de nuevo dirigir a los panistas, aunque por estatutos podría hacerlo.

Sin embargo, todos saben la manera que tiene Anaya de operar, de engañar con la verdad, y lo que parece improbable, si conviene a sus intereses, lo convierte en realizable, y hace lo que tenga que hacer para lograrlo.

En realidad, lo que están buscando es ganar tiempo y evitar la unión de dos o más grupos antagónicos a Anaya y que se les obligue a renunciar como consecuencia de la terrible campaña que hizo el fracasado candidato, así como los saldos por la creación de la coalición con el PRD y Movimiento Ciudadano.

Aunque Anaya no haya salido en los medios o emitido declaración todavía y se especule tanto de su futuro como de su ubicación, a finales de la semana también mandó un mensaje con la foto que publicó en Facebook donde aparece junto con su hija mientras leían un libro.

El político está presente y está atento, y no cederá el control del PAN tan fácil, a pesar de las terribles cuentas que entregará él como candidato y Zepeda como presidente nacional. Ya se verá si le alcanza el tiempo y las alianzas fueron lo suficientemente trabajadas para no salir por la puerta trasera.

A Anaya todavía le falta un frente que por todos lados se anuncia que le abrirán a través de su posible cita en la PGR como indiciado en el delito de lavado de dinero y operaciones con recursos de origen ilícito. Asunto del que nunca logró desprenderse de manera contundente -como él gusta decir- durante toda su campaña y que ahora la amenaza se extiende sobre su esposa y su suegro.

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