Por Gerardo Jiménez
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El lunes pasado el Gobierno capitalino emitió una circular que llamó la atención y que desde hace muchos años estaba pendiente: el respeto y equidad para las mujeres que laboran en la administración pública.
A lo largo de varios sexenios nos hemos enterado de historias de abuso, acoso que se da desde la oficina más modesta hasta las más cercanas a la del Jefe de Gobierno.
Por ello, dicha misiva admite y justifica que se debe asegurar la participación de las mujeres en la Administración Pública, pues es fundamental para profundizar en la equidad de género y el ejercicio de la democracia.
El Gobierno actual de la CDMX ha favorecido el acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo que ha permitido la pluralidad en la toma de decisiones y el avance de los objetivos en materia de igualdad y derechos humanos.
“En apego a lo anterior y con base en los principios de respeto a la dignidad humana, libertad, autonomía, no discriminación, equidad de género, igualdad sustantiva e inclusión, se busca eliminar prácticas que estereotipan la participación de las mujeres, mediante criterios operativos que deberán ser implementados por todas las dependencias y entidades para fomentar una cultura de respeto, y que se traduzcan en una visión de empoderamiento a las mujeres.”
Se advierte que se vigilará que todas las personas que laboren dentro del GCDMXcumplan funciones acordes a su nivel de experiencia y habilidades, sin que influyan para la asignación o desempeño de su función cuestiones relativas al sexo, apariencia física, edad u origen y, en consecuencia, se deberá eliminar cualquier circunstancia que pueda degradar o estereotipar a las mujeres, incluyendo la presencia de edecanes en eventos protocolarios públicos, sin que esto constituya el cese de su trabajo, sino la oportunidad de promover el desarrollo de sus competencias profesionales.
Este punto es de relevancia, porque en eventos hemos visto a mujeres que además de su talento y cargo, por su porte y belleza son llevadas como edecanes para enaltecer los actos públicos, y algunas se sienten molestas por estos “encargos” a los que son presionadas sutilmente.
El gobierno agrega en su “circular” que con la finalidad de asegurar la participación y representación igualitaria en las acciones protocolarias, se deberá garantizar el acceso y presencia equitativos en los pódiums para hombres y mujeres, así como el uso de la voz en los eventos dentro de la administración pública de la CDMX y con otras dependencias o entidades.
Además, cada dependencia y entidad generará esquemas de participación equitativa en los eventos, esquemas de puestos y el funcionamiento institucional, con el fin de garantizar la aplicación del presente instrumento.
Serán la Contraloría General, la Oficialía Mayor y la Subsecretaría de Administración y Capital Humano de la Secretaría de Finanzas del GCDMX en el ámbito de sus competencias, vigilarán, asegurarán y proveerán lo necesario para la instrumentación de esta circular.
La inobservancia a lo dispuesto en el presente oficio circular por parte de las y los servidores públicos de la Administración Pública de la CDMX les hará acreedoras o acreedores de las sanciones que establece la normatividad vigente.
En la historia reciente también quedan varias denuncias internas y públicas que no pudieron o quisieron ser expuestas penalmente contra Fausto Lugo, en la Secretaría de Protección Civil, donde al menos cuatro se quejaron de abuso y acoso, no obstante, Lugo señaló que no pudieron ser comprobadas y se trataba de una campaña en su contra.
Queda en el anecdotario, y con este nuevo ordenamiento el Gobierno de José Ramón Amieva se suma a las acciones que ha emprendido Claudia Sheimbaum: darle mayor participación a las mujeres en su gabinete.
