Luis Repper
No es que uno se ensañe con lo mal hecho, dicho o actuado, pero si el sujeto insiste en desaciertos, en cambiar sus pronunciamientos, encubrir lo corrupto y deshonrar su palabra, no queda más que insistir en que está haciendo las cosas mal y nuestra obligación es exhibirlas.
Nuestro personaje está solo, como lo está a quien sustituirá (por fortuna) pues un día sí y otro también cambia sus promesas y padece de amnesia, por lo que en su primer círculo no hay gente capaz de orientarlo –para corregir-, o de plano, es tan elevada su soberbia, que más que un asesor de comunicación social, de protocolo, etc. lo que necesita –de inmediato- es un psicólogo para que lo ubique mentalmente. Está a tiempo pues le faltan 10 semanas para asumir la responsabilidad más importante que todo mexicano quisiera tener: la presidencia del país.
Durante 15 años, Andrés Manuel López Obrador, buscó por todos los medios políticos, partidistas, tribales, sociales, grupales llegar a Palacio Nacional, incluso pisoteando y abusando de su posición en detrimento de los “partidos de izquierda” para lograr su objetivo (obsesión, necedad, imposición), hasta que el 1 de julio de 2018, ante el hartazgo de la población que no soportó más priismo corrupto y panismo incapaz, optó por el mesías, para darnos la oportunidad de ver y/o padecer como será un gobierno de “izquierda”, ante el rotundo fracaso de la derecha y del centro progresista (pri).
Andrés está legitimado, más de 30 millones de votos (hito histórico en México) lo confirman, las autoridades electorales legal y constitucionalmente le dieron “El Diploma” así lo calificó (Constancia de Mayoría) que lo acredita como Presidente Electo… pero, el tabasqueño aun no calcula la dimensión de su nuevo papel y sigue actuando como candidato rebelde, contestatario e inconforme, cuando ya debería ceñirse el cargo y estar diseñando el Plan Global de Desarrollo 2018/2024 y darnos señales de que es el mandatario que el país necesita… y no, un aspirante que sueña con la Silla del Águila.
No son tres o cuatro desacierto que ha venido cometiendo desde que las urnas hablaron… para nada, es una cadena de desdecires, amenazas, desilusiones y necedades.
Quizá la más lamentable por el impacto social que conlleva y que puede caer en el descredito, incredulidad y desilusión de esas 30 millones de boletas electorales, fue cuando, deshonrando su palabra, reculó diciendo que no meterá a la cárcel a los políticos, gobernantes, etc. corruptos, pese a las evidencias de sus actos, cuando en su periplo de campañas juró y perjuró que se irían a prisión todos los de “la mafia del poder”, lo que le ganó –si no los 30 millones de votos- si más del 95 por ciento, lo que hoy desilusiona a la gente por su falta de decisión.
Lo de la venta de las aeronaves presidenciales, la reducción de su salario, de los miembros de sus gabinetes, de los legisladores, Ministros de la Corte, Magistrados Electorales, Consejeros del INE. No habitar, ni despachar en Los Pinos, sino en Palacio Nacional; volar en línea comercial en sus giras de trabajo (ya envestido como Jefe del Ejecutivo), la disolución y reinstalación al ejército mexicano del grupo de élite del Estado Mayor Presidencial (EMP), su seguridad y custodia personal por un grupo de 20 personas (10 mujeres y 10 hombres) y otras balandronadas, no es más que una campaña mediática, para hacernos creer que en México ha nacido un Presidente popular (clonando al ex mandatario uruguayo José –Pepe- Mujica), pero esos anuncios no dejan de ser populistas, presuntuoso de que “la gente lo quiere y lo cuidará”. Al tiempo. Reculará de varias de estas ocurrencias.
Cuando los mexicanos decidieron con su voto, confiar en López Obrador, lo hicieron con fe de que los corruptos, tranzas, ratas inmundas, inmorales, impunes funcionarios públicos, legisladores, etc. serían detenidos, juzgados y remitidos a una prisión… pero cuando se reunió en dos ocasiones con Enrique Peña Nieto, su visión del México que siempre soñó, cambió, ofreció amnistía a los malos (ni siquiera les quitaría el dinero mal habido), su cariño y afecto por Peña Nieto, el líder de la Mafia del Poder, se convirtió en simpatía. A los “ladrones de cuello blanco” como siempre llamó a los empresarios y banqueros, ahora son miguis, miguis, se acabó su desprecio.
Textual, en una ocasión al cuestionarlo sobre La Casa Blanca, de Las Lomas, López Obrador fue tajante “no meteré a la cárcel a Peña Nieto” pese a las pruebas de sus corruptelas con el erario público. Sobre otras ofensas a los mexicanos como La Estafa Maestra, Odebrecht, el advenimiento de los nuevos Jeques Petroleros mexicanos: Carlos Salinas de Gortari (compró 4 plataformas*), Emilio Gamboa Patrón (2), Pedro Aspe Armella (2); Enrique Peña Nieto (4), Carlos Romero Deschamps (4 y la concesión para que sus helicópteros trasladen de tierra a plataformas y viceversa a trabajadores).
Vicente Fox Quezada (2 plataformas), Manlio Fabio Beltrones, no compró islas flotantes, pero es socio mayoritario del Pemex privatizado. Felipe Calderón Hinojosa, no adquirió infraestructura marina, pero tiene al igual que Romero Deschamps, una flotilla de helicópteros para el mismo servicio.
(*Con el dinero de su salario, más prestaciones, bonos, ahorros, préstamos personales al ISSSTE como cualquier burócrata decente, créditos bancario, tandas, cajas de ahorro, pirámides, empeños prendarios, etc. ninguno de los neo jeques podrían adquirir esos bienes, lo que nos lleva a concluir que los dólares de las adquisiciones fueron extraídos del erario público)
Pues a pesar de estas evidencias el Presidente Electo aplicará, en este caso, borrón y cuenta nueva. Decisión que modificó tras sus dos encuentros privados con Peña Nieto, en Palacio Nacional. ¿Acuerdos en lo oscurito?, ¿negociación bajo la mesa?, ¿favor con favor se paga?… ¿O por qué ese cambio radical, hacia quien odiaba y amenazó con sancionar? Esto sólo lo sabe el próximo presidente de México.
La vergüenza social y sexenal que heredará el tabasqueño serán los casos de la privatización de Pemex, Odebrecht, La Estafa Maestra, los fraudes de Rosario Robles Berlanga, la “liberación” express y sospechosa de Elba Esther Gordillo Morales y su estela de billones (con B) de pesos con los que compró candidaturas, conciencias, bienes muebles e inmuebles personales. El NAIM. De todas estas estuvo enterado, fueron banderas de campaña electoral en 2018, en donde alharaqueó combatiría y llevaría a prisión a responsables… pero… tras sus dos encuentros con Peña Nieto, el eterno candidato presidencial López Obrador, es otro. De hecho ha exonerado a varios corruptos.
El más sonado y reciente es el de su amiga y en sus tiempos de poder correligionarios del PRD, Rosario Robles Berlanga, hoy sumida en la cloaca de la Estafa Maestra como Secretaria de Desarrollo Social y premiada después en Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) del gabinete legal de Enrique Peña Nieto, en donde se comprobó por la Auditoría Superior de la Federación (ASF de la Cámara de Diputados) y del Servicio de Administración Tributaria (SAT de la SHCP), el fraude por 2 mil 273 millones de pesos cometido por la ahora priista, a través de la formación y canalización de dinero limpio al menos a 66 empresas fantasma.
Además, la Robles, prostituyó la educación superior al involucrar en su fraude a 8 Universidades públicas, varias de ellas en Tabasco, la tierra del Peje, quien hoy finge demencia u omisión (que en ambos casos es delito federal) Pero vamos a los hechos: La Estafa Maestra de Rosario Robles corrompió y se dejaron seducir ocho instituciones educativas que le sirvieron como intermediarias para “lavar dinero”, que a cada una dio entre 10 y 15 por ciento de comisión para guardar cómplice silencio. Estas son: Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Universidad Autónoma del Carmen, en Campeche; Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Aquí vienen las tabasqueñas: Universidad Juárez de Tabasco, Universidad Popular de la Chontalpa; Universidad Politécnica del Golfo de México (Paraíso, Tab), Instituto Técnico Superior de Comalcalco y Universidad Tecnológica de Tabasco.
Siguiendo la ruta del dinero e hilo conductor de la corrupción, notamos que 5 de las 8 instituciones involucradas están en Tabasco. ¿Casualidad?, ¿coincidencia?, ¿participación?, ¿omisión?, ¿complicidad? ¿o, qué?.
Hoy, Presidente Electo, la Estafa Maestra, de la Robles, toma dimensiones escandalosas, el tabasqueño califica esta investigación periodística y judicial como “chivo expiatorio” a su amiga Rosario, tratando de exculparla cuando instancias serias e institucionales, la ASF y el SAT, confirman el ultraje a los dineros del pueblo en beneficio personal, partidista, electorero (PRI), cupular y corrupto.
¿Qué pretende ocultar Andrés Manuel: perdón y olvido? ¿Acuerdo vergonzante entre Peña y López, urdido en Palacio Nacional?,
Si las cosas caminan por el sendero de la justicia, la ética, la moral, la democracia, el respeto a los mexicanos, Rosario Robles Berlanga será la sacrificada del sexenio. Las pruebas están en su contra.
La otra lectura es, “intercambio de cabezas”, Elba Esther libre y Rosario culpable. ¿Habrá lealtad a cambio de conservar los millones de pesos robados en la Estafa Maestra? ¿O cantará la Robles?
¿Este será el próximo presidente de México, que ya jugó el juego perverso del PRI a cambio de guardar vergonzante silencio para que haya un aterciopelado relevo presidencial?
¿Esa es la respuesta de López Obrador a los 30 millones de votos que le dan legitimidad, esperanza, fe, confianza, sueños, lealtad, con la certeza de honrar su palabra?
Ya lo dudo
*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Comunicadores por la Unidad (CxU).
