Adrián Rueda
Sin consultarlo con nadie ni mediar iniciativa alguna de por medio, la bancada de Morena utilizó la aplastante mayoría para modificar la Ley de Alcaldías y permitir que los alcaldes puedan dar hueso a sus cuates, aunque no cumplan con los perfiles para los cargos.
La comisión de Alcaldías y Límites Territoriales, en conjunto con la de Normatividad del Congreso, por sus pistolas, propusieron cambios a las leyes y ayer los subieron al Pleno para echarle montón y aprobarlos, sin importar lo que opinara la oposición.
Esos ajustes permitirán a los alcaldes nombrar como titular de una Unidad Administrativa a cualquier persona, sin importar que no cumpla con los requisitos de una cédula profesional y experiencia mínima de dos años en el cargo.
De ahora en adelante, esos cargos los podrán ocupar quienes, a juicio de sus jefes, tengan experiencia y ya, con lo que bajan el nivel hasta los suelos y le abren la puerta a los cuates, pues es público que los morenos carecen de cuadros suficientes con preparación académica.
Quizá esa modificación se entienda porque la presidenta de la Comisión de Alcaldía es la hoy morena Yuriri Ayala, quien, en sus épocas de perredista, fue impuesta como presidenta de la Comisión de Educación de la extinta ALDF, sin tener prácticamente estudios.
En esas épocas, inscribió en su perfil legislativo una licenciatura en comunicación por la UACM, pero cuando se investigó su historial se supo que la entonces bejaranista era fósil de esa pejeuniversidad, donde, en diez años, no llevan ni el 30% de los créditos.
A lo mejor porque ella sabe lo que se siente ser criticada por burra apoyó que se retire el requisito de licenciatura para la alta burocracia, y así pueda entrar todo el mundo a la nómina, sin importar que tengan o no preparación.
Ese relajamiento comenzó desde el martes pasado, cuando Morena aprobó el nombramiento de Carina Piceno, colaboradora cercana al diputado Eduardo Santillán, para que asumiera la Coordinación de Servicios Parlamentarios, sin cumplir con los requisitos.
Según la ley, para ese cargo se requiere acreditar, al menos, tres años de experiencia y apegarse al perfil, que incluye conocimientos y habilidades suficientes, además de contar con cédula profesional de licenciatura en derecho o rama afín.
Se necesita tener al menos 30 años de edad y no mantener relaciones profesionales, laborales o de negocios con algún integrante del Congreso.
Para empezar, Cari —como se autonombra en sus redes— es pedagoga; no cuenta con la edad requerida y tiene relación profesional con el diputado Santillán, quien la propuso; en su Facebook presume haber construido con él Morena y haber ayudado a Layda Sansores y a El Peje a ganar.
Le falta un año para cumplir el requisito de la edad, tiene relación con un diputado y no cuenta con licenciatura afín al cargo. A lo mejor para los morenosson pequeñeces, pero esa es la ley que los diputados hicieron y deberían empezar por respetarla ellos mismos.
Como quiera, con sus marrullerías, la bancada de Morena bajó el nivel.
CENTAVITOS… Que alguien se apiade de Jesús Martín del Campo, pues en cada sesión se esmera en regar el tepache como presidente de la Mesa Directiva, al grado de que los diputados de oposición se divierten con él tirándole cada ratito algún buscapiés para ponerlo a tartamudear y a sufrir, por su ignorancia sobre el proceso parlamentario. Pero como don Chucho quería un puesto lucidor, ahora se aguanta, aunque sí tendría que ponerse a estudiar un poquitín.
https://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/morena-abre-cancha-a-burros/1271162
