Alberto Cuenca
Cuando a finales de diciembre del año pasado el Congreso capitalino le aprobó a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, el primer paquete económico de su administración, la oposición logró dejar plantada la semilla de la duda respecto al tema de los remanentes.
Durante el debate previo a la aprobación, los legisladores de los partidos que en su momento integraron la coalición Por la CDMX al Frente, pero particularmente los panistas, insistieron en que el proyecto de Presupuesto para 2019, por 234 mil millones de pesos, se construyó con una subestimación de aproximadamente 15 mil millones de pesos.
De acuerdo con los diputados de oposición, el Presupuesto de Egresos del próximo año debió rondar los 250 millones de pesos, pues las tendencia de recaudación y de participaciones federales indicaban que no había razón para plantear un techo de gasto menor en 2019.
Para esos legisladores, la subestimación en los ingresos esconde una treta por parte del gobierno entrante, pues si al final del próximo ejercicio fiscal se rebasa la meta de ingresos por recaudación y por participaciones federales, es decir, si la administración de Sheinbaum obtiene más de los 234 mil millones de pesos aprobados, el dinero adicional puede ser utilizado de manera discrecional por el gobierno capitalino.
El punto es que esos remanentes, al no estar considerados en el techo de gasto aprobado por el Congreso, no van etiquetados para un rubro en específico y así la administración capitalina los puede usar como mejor considere y en el capítulo de gasto que quiera, incluso para el pago de deuda o para incrementar la burocracia.
Aunque no con los números planteados por los legisladores de oposición, el dictamen de Ley de Ingresos aprobado por el propio Congreso local le da en parte la razón a los diputados opositores.
De acuerdo con el anexo 1 de ese documento, el cierre del ejercicio fiscal 2018 se prevé con recursos por 239 mil 205 millones de pesos, lo que representa 11 mil millones más del Presupuesto 2017 y 5 mil millones más de lo aprobado como techo de gasto para 2019.
Según ese anexo, el gobierno local tendrá remanentes adicionales derivado de esos recursos excedentes obtenidos en 2018, debido a que habrá más recaudación de impuestos, derechos y productos, así como por una mayor cantidad de participaciones federales.
Esos 5 mil millones de pesos de excedentes bien podrían resolver el desbalance financiero por mil 700 millones de pesos que la administración anterior le heredó al gobierno de Sheinbaum y todavía le sobrarán recursos para financiar acciones públicas en este año, libres de etiquetas definidas por el Congreso de la Ciudad.
Esos remanentes y el manejo discrecional de los mismos es lo que que advertía la oposición, visto a partir de lo que se obtenga de excedentes al cierre de 2019, sobre todo cuando ya hay una previsión de recursos adicionales reportado en el mismo dictamen de Ley de Ingresos aprobado a finales de diciembre.
Interesante resulta ver que en esa misma Ley de Ingresos para el próximo año, el gobierno de Claudia Sheinbaum ubica cinco riesgos relevantes para las finanzas locales que incluso impedirían alcanzar el techo de gasto por 234 mil millones de pesos.
El primero de ellos sería el comportamiento de los precios domésticos e internacionales de las gasolinas; después, posibles fluctuaciones extraordinarias en la tasa de interés, inflación y tipo de cambio; además, un impacto negativo en la Recaudación Federal Participable, motivado por una disminución en el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en la zona fronteriza.
También sería un riesgo la terminación de contratos para la realización de eventos masivos en la CDMX; que se acentué la migración de vehículos de la Ciudad hacia otras entidades para evitar el pago de la Tenencia, con los cual se afectaría captación de ingresos de este tributo, así como el correspondiente a control vehicular; además de modificaciones en el marco normativo local y nacional con impacto en los Ingresos de la Ciudad.
