Si lo que buscaba el Presidente con su exigencia a España y a la Iglesia católica, de disculparse por las tropelías cometidas durante la Conquista de México hace 500 años, era el apoyo interno, las cosas no le salieron como las había planeado.
Primero, por el enojo del gobierno español, luego de que el mandatario mexicano hiciera pública la carta que hace un mes les había hecho llegar, lo que obligó a una contestación enérgica y puntual rechazando disculpa alguna.
Segundo, porque en la comunidad española asentada en México no cayó muy bien el reclamo, sobre todo porque mucha gente de la Península Ibérica quemó sus naves y se vino a radicar a lo que ha sido su segunda patria.
Pero quizá lo que las autoridades mexicanas no midieron fue que la misiva iba dirigida al corazón de los reyes católicos de España, cuya imagen es venerada porque, gracias a ellos, los españoles recuperaron varios de sus reinos, invadidos por extranjeros.
Y es que quienes financiaron la expedición de Hernán Cortés a América, hace 500 años, fueron los reyes de Castilla, ya que en la época de la Conquista de México no existía España como país; era solamente un conjunto de reinos independientes.
Los españoles son muy delicados si les ofende en sus símbolos, y eso fue lo que sintieron cuando el gobierno de México les exigió una disculpa por lo que el Presidente consideró una acción violatoria “a los derechos humanos” de los pueblos originarios. En México existen comunidades españolas muy fuertes, como los gallegos, por ejemplo, que son económicamente muy poderosos. Tanto, que incluso en las campañas políticas son invitados a participar con financiamiento, en lo cual son generosos.
Pero no sólo ello, sino que esa comunidad ha dejado honda huella en el país y hay generaciones enteras de españoles que decidieron que sus hijos nacieran en México y fueran mexicanos.
En todo caso, a quienes se les hubiera podido exigir una disculpa habría sido a los reyes Fernando e Isabel, de Aragón y Castilla, pero que nunca fueron reyes de España, porque ni política ni territorialmente existía ese país.
Amén del desaguisado diplomático que se provoca entre ambas naciones, está la molestia de los españoles en México, que temen que las declaraciones del gobierno puedan desatar reacciones de odio o resentimiento hacia la comunidad ibérica o sus bienes.
Sí caló el asunto.
CENTAVITOS
Los que no cabían de gusto por el regaño al subsecretario de Planeación de la Movilidad en la Ciudad de México, Rodrigo Díaz, debido a la pifia en la reglamentación para que los scooters y las bicicletas pudieran circular sobre las banquetas, eran los empresarios del ramo. Y es que entre ellos comentan lo pesadito que es el chileno, a quien describen como déspota y sobrado. A ver si con el regañito le baja un poco de volumen a sus canciones.
https://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/el-sentimiento-espanol/1304052
