Connect with us

Influyentes

TROYA / Peligra el Estado laico con la 4T

Dos artículos de la Carta Magna, el 24 y el 130, así como la ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público establecen límites a las organizaciones de culto religioso en México, además de que definen la barrera entre el Estado y la Iglesia, es decir, establece su separación.

Published

on

Elena Chávez González

De no ocurrir un milagro nuestro país está a punto de perder la condición de Estado laico con la incursión de la llamada cuarta transformación que, con gran efusividad, secuestró al máximo recinto cultural que tiene México, el palacio de Bellas Artes para festejar el cumpleaños cincuenta del actual líder de la iglesia cristiana La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, quien carga sobre sus hombros, el pasado oscuro de sus antecesores, su abuelo y su padre de quienes se cuentan historias truculentas de enriquecimiento y abuso sexual.

Definitivamente la nueva administración encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador trae bajo el brazo sorpresas poco agradables, como la del festejo del heredero de la Luz del Mundo en el inmueble más apreciado y respetado por los mexicanos para el desarrollo artístico y cultural de nuestro país como es Bellas Artes, convertido, prácticamente en un California Dancing Club, amenizado con género operístico.

Es muy respetable la religión que profesen los mexicanos, cada quien tiene el derecho de adorar al Dios que más le convenga; lo que no es aceptable es que las autoridades federales presten, alquilen o renten un escenario exclusivo para las bellas artes y no tengan ni siquiera la valentía para aceptar que le dan tan poco valor a la cultura que se les hizo fácil celebrarle su cumpleaños a un líder religioso como si el festejado fuera el mismísimo López Obrador, su mesías.

En medio de los gritos de los feligreses de la Luz del Mundo, arribaron hasta las escalinatas de Bellas Artes nada más y nada menos que dos pesos fuertes de la cuarta transformación: el presidente de la Cámara de Senadores, Martí Batres y el presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, Sergio Mayer, luciendo traje de etiqueta como verdaderos fifís.

No voy a hablar de sus gustos ni tampoco de sus preferencias religiosas, lo que si voy a comentar es el descaro de estos legisladores para violentar el estado laico que desde hace un poco más de tres décadas rige a nuestro país. A Mayer no hay mucho que reprocharle, solito se ha encargado de demostrar que de cultura no sabe nada, es una vergüenza que sea el representante de la comunidad artística; su ignorancia es tan grande que probablemente no sepa ni que significa laico.

Martí Batres es otro cantar, no precisamente por sus dotes artísticas, porque a lo largo de su trayectoria política ha sido diputado local, federal y ahora es senador y presidente de la Cámara Alta, por lo que debe saber que las leyes se respetan y más si éstas son mandatadas por la Constitución mexicana.

Dos artículos de la Carta Magna, el 24 y el 130, así como la ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público establecen límites a las organizaciones de culto religioso en México, además de que definen la barrera entre el Estado y la Iglesia, es decir, establece su separación.

Independientemente del mal uso que le dieron al palacio de Bellas Artes y se corra el riesgo de que, a partir del festejo a Naasón Joaquín García, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto y la directora del INBA Lucina Jiménez, renten el inmueble para bautizos, XV años, bodas, sepelios o lo que se les ocurra, hay que recordar que la Luz del Mundo ve y trata a las mujeres con inferioridad con respecto al hombre. La iglesia regula la vestimenta que utilizan los fieles; por lo general las mujeres deben usar faldas largas hasta los tobillos, no deben cortarse el cabello ni usar maquillaje, ni aretes, soguillas y al entrar al templo deben usar velos.

Entre sus reglas está el de no fumar, decir maldiciones, asistir a bailes, al cine o al teatro, excepto, cuando se trate de festejarle el cumpleaños a su líder religioso como ya lo vimos.

Se dice que los creyentes tienen prohibido ver televisión, no pueden escuchar música ajena a la organización religiosa (inclusive música cristiana de otras denominaciones). No pueden chismear, estar ociosos ni ser vanidosos.  Los roles femeninos y masculinos han sido jerarquizados, siendo la mujer subordinada ante el hombre y éste debe ser el proveedor de los bienes de su familia.

¿Estarán enteradas las feministas de la cuarta transformación Malú Micher y Gabriela Rodríguez de cómo tratan a las mujeres en esta religión?

Una pregunta a quienes nos gobiernan: ¿todas estas cosas raras que están sucediendo significa que sus treinta millones de mexicanos deberán cambiar de religión, abstenerse de cantar el himno nacional, escuchar las canciones de Beatriz Gutiérrez, leer los libros de Paco Ignacio Taibo ll, cambiar el futbol por el beisbol y despreciar al medio ambiente?

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

Continue Reading
Advertisement Article ad code

Los influyentes

Twitter

Facebook

Advertisement Post/page sidebar widget area

Recientes