Adrián Rueda
Ni dos días duró la fiesta que los morenos quisieron hacer en Donceles, luego de que la jefa de Gobierno había anunciado la instauración del “uniforme neutro”, para que los niños pudieran usar falda en las escuelas públicas.
La semana pasada, Donceles fue el escenario de un álgido debate, en el que Morena y sus rémoras ordenaron al Congreso felicitar públicamente a Claudia Sheimbaun por tan “progresista e inclusiva” medida; la oposición se oponía.
Felices estaban hasta que Esteban Moctezuma, secretario de Educación federal, dijo que de ninguna manera los hombres usarían falda; que las mujeres sí podrían usar pantalón como uniforme.
Claudia tuvo que recular sobre lo que había anunciado unos días antes y aseguró que nunca dijo que los niños usarían falda, a pesar de que, precisamente por ello, había sido reconocida por su propia fracción.
Si la funcionaria dice que no dijo lo que dijo, ¿entonces por qué sus misifusez de Morena echaron montón a la propuesta del diputado José Luis Rodríguez, a fin de que la Comisión Permanente aprobara una felicitación pública por esa decisión?
Justo sería entonces que ahora que la funcionaria asegura que todos entendieron mal, el propio legislador pidiera a su partido borrar la felicitación, por la sencilla razón de que su jefa dice que no formuló ninguna propuesta “progresista e incluyente”.
Habrá que olvidar también que autoridades y legisladores morenos criticaron a los conservadores por oponerse a la propuesta “de avanzada” para que los hombres usaran falda en las escuelas.
Ya que la funcionaria desconoce tal propuesta —aunque esté grabada—, quizá los morenos quieran mantener la felicitación, aunque sea por apoyar la tercera modificación en cinco meses de la Ley de Derechos Humanos, que legalizaba las invasiones y despojos.
Ello a pesar de que esa ley la revisó tres veces su consejero jurídico, Héctor Villegas, y nada observó.
Por cierto, dicen que este funcionario es candidato natural a ser la primera baja del gobierno, incluso antes que el jefe de la Policía, Jesús Orta, quien no hará huesos viejos en el edificio de Liverpool.
Los morenos están salados; primero los apalea la oposición en tribuna y luego su propia jefa de Gobierno los exhibe por lambiscones.
CENTAVITOS
A la que metieron en un aprieto fue a Carina Piceno, encargada de Servicios Parlamentarios, y todo porque Liliana Huitrón, su secretaria particular, agarró la jarra el jueves pasado y, ya entonada, quiso charolear de madrugada para entrar al edificio de Gante, maltratando a medio mundo, según el oficio UT/2346/2019 que la Unidad de Transparencia envió a la Junta de Coordinación Política, que encabeza Morena, para que se tomen cartas en el asunto. A ver si en la sesión de hoy se toca el tema, y también lo del gasolinazo anunciado por Hacienda, pues la promesa es que no habría más y ha sido todo lo contrario.
