Adrián Rueda
Como no queriendo la cosa, del diputado perredista Víctor Hugo Lobo metió gol a los morenos en el Congreso de la Ciudad de México, pues los obligó a respaldar la lucha de la Comisión Nacional de Derechos Humanos contra la llamada Ley Garrote de Tabasco.
La semana pasada, el Congreso de aquella entidad aprobó sancionar hasta con 20 años de cárcel a quien proteste con bloqueos a obras públicas y privadas, lo que fue considerado como una flagrante violación a la elemental libertad ciudadana.
Aunque en un principio se deslindó del tema, el Presidente de la República acabó apoyándolo al decir que muchas veces los grupos que protestan sólo quieren chantajear a empresarios y autoridades, por lo que no veían mal la aprobación de la Ley Garrote.
La decisión también fue avalada por la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, a pesar de que su partido creció precisamente por las manifestaciones callejeras y la movilización de grupos inconformes contra diversas acciones gubernamentales.
A todo mundo le quedó claro que la decisión de Morena fue para blindar dos de las obras insignia de la presente administración: el Tren Maya y la refinería Dos Bocas, a pesar de que se supone están avaladas por la comunidad.
Para evitar que el ejemplo de la Ley Garrote cunda en el país, pero, sobre todo en la Ciudad de México, el diputado Lobo pidió un exhorto para respaldar a la CNDH en su lucha constitucional para echar abajo la decisión del Congreso tabasqueño.
Para sorpresa del propio perredista su propuesta no solamente fue votada como de urgente y obvia resolución, sino aprobada por unanimidad; más de uno se quedó con la boca abierta.
O los morenos no estaban atentos
—cosa que no es rara— o ni siquiera sabían lo que estaban votando —cosa que tampoco lo es—, pero apoyaron la propuesta.
En cuanto les caiga el veinte o alguien le vaya con el chisme a YSQ, seguramente se armará la gorda al interior de la granja, pues a estas horas igual y ni cuenta se han dado. Con eso de que su coordinador, Ricardo Ruiz, se la pasa más chateando que atendiendo el negocio.
Si bien es cierto que Lobo habló de evitar que la llamada Ley Garrote se extendiera al país, y menos a la CDMX, también aprovechó para calificarla como uno de los pasajes más tristes y oscuros de la historia moderna del país.
Los morenos se engancharon y, a pesar de contar con Vo.Bo. presidencial, la condenaron: goool.
CENTAVITOS…
Por cierto, en tremendo aprieto pusieron tanto el INE como el Presidente a los partidos políticos en general, pero en particular a Morena, pues a pesar de su promesa, Yeidkol no ha devuelto un solo peso de las prerrogativas. Ahora, ante el ofensivo presupuesto que recibirán, el coordinador moreno en San Lázaro, Mario Delgado, dice que el tema lo discutirá su fracción en septiembre, solamente que Lorenzo Córdova dice que es potestad de los propios partidos devolver la lana. ¿Insistirá YSQ así como es de testarudo, según él? ¿Se atreverá Polevnsky a desobedecerlo en plena precampaña por la dirigencia nacional? Pendientes.
