Adrián Rueda
Para completar la lección al chamaco Martí Batres, el zacatecano Ricardo Monreal le asestó la puntilla al dejarlo sin el menor chance de presidir un año más el Senado de la República, no importando lo que diga Morena al respecto.
Y es que luego de que su reelección fue bateada por la mayoría de su bancada en una votación abierta, Batres insultó a sus compañeros, a su coordinador y fue a llorar a la Comisión de Honestidad y Justicia de su partido para que lo impongan.
Apenas a principio de semana dicha comisión, dominada por la nomenclatura que odia a Monreal, dio entrada a la queja y anunció que en estos días dará su veredicto, con lo que el exceuísta se siente seguro que se revertiría la decisión del grupo.
Con lo que Martí no contó es con el largo colmillo de Monreal, quien lo dejó correr un poco nada más para centrarlo y ponerlo en definitiva quieto, pues en una jugada maestra el zacatecano logró el apoyo de las demás bancadas.
Ayer, al menos tres fracciones más se unieron al nombramiento de Mónica Fernández como la próxima presidenta de la Mesa Directiva del Senado, sin importar lo que diga Morena, pues ese partido tiene injerencia en decisiones de la Cámara Alta.
La faena a Batres, un político conocido por sus actitudes porriles, fue en todo lo alto, pues en caso de que Yeidckol Polevnsky, Héctor Polanco y compañía le dieran el espaldarazo, se enfrentaría a un órgano legislativo totalmente adverso.
En primer lugar, con qué cara pediría el apoyo a sus compañeros luego de acusarlos de recibir cañonazos de dinero de parte de Monreal para impedir su reelección, lo que en términos llanos significa que los tachó de corruptos.
Después, cómo se podría sentar a presidir un órgano legislativo en el que ya todos, hasta los partidos de oposición, le manifestaron su rechazo. En caso de que se llegara a dar esa lejana posibilidad, el Senado sería inoperante, lo cual no le conviene a YSQ.
Lo único que le queda a estas alturas al aprendiz es asumir la lección, sobarse y tomar algo para el ardor, porque si sigue pensando con las tripas va a perder lo poquito que su coordinador le dejó.
Desde el primer día, cuando hizo su berrinche y arremetió contra todo mundo, incluso contra su bancada, Martí quedó marcado y tendrá que conformarse con ser “senador raso”, como despectivamente se refirió a sus compañeros.
Si en la lucha por la candidatura para la Jefatura de Gobierno, Batres se presume triunfador porque avasallaron a Monreal, fue porque al zacatecano le aplicaron una operación prácticamente de Estado, pero ahora que fue uno a uno, ni a melón.
Eso le pasa por ponerse con Sansón a las patadas.
CENTAVITOS
Ayer el exdirigente del PRD en la capital, Raúl Flores, anunció su salida del sol azteca, sumándose a los que se bajaron del barco, que hoy navega en aguas turbulentas. Pero a diferencia de la mayoría que se ha tirado al agua, Raúl sí viene de la lucha comunista, no como los arribistas que hoy buscan la sobrevivencia donde sea, y al costo que sea.
