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ECONOMÍA PARA PRINCIPIANTES / ¿El vaso está medio vacío o medio lleno?

Más allá de lo que públicamente expresan los actores políticos, tanto en el gobierno como en la oposición, siempre existen fuentes de información oficiales, o que, por su rigor, resultan confiables para aventurarse al futurismo.

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Pablo Trejo

La discusión sobre el comportamiento de nuestra economía, siempre se enmarca dentro de los vaivenes de la política. Basta con que hagamos un recuento de los posicionamientos posteriores al primer informe de gobierno, para darnos cuenta de que mientras para unos, gozamos de cabal salud, para otros, nos encontramos al borde del abismo y muy cerca de la catástrofe. Al final de cuentas, la ciudadanía elige con quien se identifica, pero lo hace en la medida en que recibe la información de nuestros políticos, es decir, con sesgo.

Por ello, cuando escribimos sobre economía en esta columna, siempre nos preocupamos por cuidar los datos que soportan nuestras opiniones. Más allá de lo que públicamente expresan los actores políticos, tanto en el gobierno como en la oposición, siempre existen fuentes de información oficiales, o que, por su rigor, resultan confiables para aventurarse al futurismo.

Desde el comienzo del año, manifestamos nuestra preocupación por la falta de solidez en el optimismo de los que decían que nuestra economía crecería a ritmos cercanos al 4 por ciento anual. En repetidas ocasiones hicimos un recuento de cada uno de los elementos que integran el Producto Interno Bruto y por ello nos mantuvimos del lado de los pesimistas, ya que, si los factores no crecen, tampoco lo hará el producto final.

Hace un par de días, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, anunció que, según datos que consignan el comportamiento del consumo privado, el Mercado Interno en nuestro país, creció durante el mes de julio, a un ritmo superior en 1.3% respecto al mismo periodo del año anterior, y además, representa el mayor crecimiento desde el pasado mes de febrero.

El crecimiento del consumo privado tiene varias aristas, ya que su incremento significa que la ciudadanía se encuentra más optimista sobre el futuro que lo que se encontraba hace apenas un mes. Cuando la incertidumbre nos afecta, una reacción inmediata es que reducimos muchos de nuestros gastos, limitándolos a los indispensables. Lo mismo sucede cuando enfrentamos fenómenos como la pérdida de empleos, o el aumento en las tasas de interés. Todo ello nos lleva a modificar negativamente nuestros patrones de consumo.

El reporte del INEGI, también da muestra de un aumento en el consumo respecto al mes anterior, lo que pone fin a la racha negativa que veníamos enfrentando mes a mes. Otro dato interesante, es que los mayores aumentos se han registrado en el consumo de productos nacionales, respecto a los importados (1.6 por ciento más), lo que nos genera optimismo, toda vez que el comportamiento al alza, no es producto de modificaciones en el tipo de cambio que pudiesen estar provocando un aumento repentino de la demanda de productos importados.

Si bien es cierto que el consumo privado, es solamente uno de los componentes en la medición del PIB, también lo es que se trata de uno de los más sensibles y representativos, por lo que, si queremos ser optimistas, podemos estar ante el inicuo del fin de la racha negativa, lo que, de confirmarse en las próximas mediciones, podría colocarnos pronto en el camino del crecimiento.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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