El Nobel de Economía y la 4T

Pablo Trejo

El galardón más prestigioso del mundo lleva por nombre el “Premio Nobel”, y se otorga en memoria de Alfred Nobel, un químico, ingeniero, escritor, inventor y fabricante de armas, que se hizo famoso por la invención de la dinamita y porque registró más de 350 patentes en su vida.

Poco antes de morir, manifestó que una de sus últimas voluntades sería la de destinar parte de su fortuna para que cada año se reconociera a las personas o las instituciones que aportaran cosas significativas para la humanidad, específicamente en materia de Física, Química, Fisiología, Medicina, Literatura y Paz, los que comenzaron a entregarse cada año desde 1901. 67 años después, se instituyó el Premio en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, que sin serlo estrictamente, también se le conoce como Premio Nobel de Economía, y es auspiciado por el Banco de Suecia, el más antiguo de los bancos centrales de Europa.

Algunas de las preguntas básicas que se plantearon fueron ¿por qué la gente no gasta más en una buena nutrición, lo que mejoraría su productividad y en cambio, gastan demasiado en situaciones o cosas para mejorar su imagen frente a los demás? ¿Porqué los campesinos prefieren gastar el dinero de los programas de ayuda en cosas ajenas al mejoramiento de sus maquinarias, por ejemplo? ¿Porqué es mejor ofrecer incentivos a los profesores que otorgar becas a los padres de los estudiantes?

Un ejemplo claro de lo que Banerjee, Duflo y Kremer, los tres ganadores proponen, lo destacan en la educación. Para ellos, regalar uniformes, libros o becas, no mejora el nivel educativo, pero mejorar las condiciones de los maestros, un seguimiento médico adecuado de los estudiantes, y una mejor infraestructura, tanto en las escuelas, como en los medios para llegar a ellas, si.