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Claudia Sheinbaum detuvo lo que pudo haber sido un retroceso histórico para la incipiente democracia que vivimos en la capital del país.

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Ernesto Osorio

Una rectificación a tiempo por parte de la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum detuvo lo que pudo haber sido un retroceso histórico para la incipiente democracia que vivimos en la capital del país.

La nueva Ley del Secreto Profesional para Periodistas y Clausula de Conciencia que la mayoría de Morena había aprobado sin escuchar las observaciones que les hizo la oposición y algunos de su misma bancada durante la discusión en el pleno de esta nueva normatividad, fue devuelta por la mandataria con 8 observaciones muy precisas, pues a su entender, “el Congreso aprobó una ley que limita la libertad de expresión y la secrecía del periodista y sus fuentes. Nos parece que no puede quedar vulnerada ni la libertad de expresión, ni el trabajo del periodista” (sic)

Debemos reconocer el acierto de la Jefa de Gobierno al enmendarles la plana a los legisladores de su propio partido, quienes cada vez nos demuestran más su falta de capacidad y experiencia para legislar (me refiero a quienes carecen de trayectoria legislativa, que además de ignorantes son presumidos y todos sabemos quiénes son). ¡Pero se quedó a medias doctora, porque no hace propuesta alguna! y con ello, pues vuelve a dejar en el terreno de los diputados la redacción de la norma. Así que la nueva propuesta de ley se aplazará, quizá hasta el próximo año, como si estos legisladores no tuvieran trabajo pendiente y rezagado allá en Donceles (150 leyes por reglamentar de la Constitución, de las cuales sólo llevan 6, y ya se les fue el primero de sus tres años)

Más allá de los detalles de técnica jurídica, las observaciones de Sheinbaum a esta ley se refieren a que no se consideró a los colaboradores periodísticos en la nueva norma, tal y como lo establece la Constitución local; y el tema de la cláusula de conciencia, sobre lo cual dice la mandataria se corre el riesgo de que se incurra en una invasión a la esfera de la normatividad federal.

Para el autor de la iniciativa y presidente de la Comisión para la Protección a Periodistas, el priísta Miguel Ángel Salazar, ambas observaciones son atendibles y se pueden corregir, pero sin tener una sugerencia de parte del ejecutivo federal, la nueva redacción de la ley obliga a abrir un plazo para conocer una propuesta del Ejecutivo, particularmente en el tema de la cláusula de conciencia, quizá el tema más relevante de esta nueva Ley.

En México, no existe todavía legislación al respecto y por eso, el tema es además de novedoso, complejo. El único ejemplo paradigmático que existe plasmado en una ley es el de España, donde la objeción o cláusula de conciencia es un derecho constitucional desde 1978 y que fue regulado casi 20 años después.

Dicha ley define a la cláusula de conciencia como “un derecho constitucional de los profesionales de la información que tiene por objeto garantizar la independencia en el desempeño de su función profesional” y faculta a los periodistas para solicitar la rescisión de su relación laboral en los siguientes casos:

  1. a) Cuando en el medio de comunicación con el que estén vinculados laboralmente se produzca un cambio sustancial de orientación informativa o línea ideológica; b) Cuando la empresa le traslade a otro medio del mismo grupo que por su género. o línea suponga una ruptura patente con la orientación profesional del informador”. En ambos casos -señala la norma-, “el ejercicio de este derecho dará lugar a una indemnización, que no será inferior a la pactada contractualmente o, en su defecto, a la establecida por la Ley para el despido improcedente”

La ley española apoya también la independencia de los periodistas: “Los profesionales de la información podrán negarse, motivadamente, a participar en la elaboración de informaciones contrarias a los principios éticos de la comunicación, sin que ello pueda suponer sanción o perjuicio”

Es cierto, tal y como lo refiere la Jefa de Gobierno en sus observaciones existe en la Ley Federal del Trabajo casos de excepción para proteger los derechos de los trabajadores, y siendo estrictamente objetivo con lo que marca el texto constitucional, si existía la posibilidad de que la ley aprobada al aventón por Morena, fuera impugnada fácilmente por ser anticonstitucional.

Afortunadamente podemos estar tranquilos de que por parte del diputado Salazar, también presidente de la Comisión para la Protección de los periodistas, existe toda la disposición de los legisladores de su Comisión para hacer los ajustes correspondientes al texto, o diferir la reforma a una nueva iniciativa de iniciativas para garantizar la cláusula de conciencia para los periodistas, texto que ya tiene listo el mismo legislador del PRI para avanzar en la consolidación de este derecho.

Y no se trata de caprichos, es inaplazable garantizar este derecho.

La cláusula de conciencia como derecho de los periodistas, va mucho más allá de ser una garantía de carácter laboral ya que representa la posibilidad de que las audiencias, la opinión pública, cuenten con información veraz, pues en la medida en que como periodistas tengamos mayor independencia y libertad para realizar nuestro trabajo, la información será más objetiva.

Independientemente de que este derecho se consagra ya en la Constitución local, la ley reglamentaria que obliga la carta magna de nuestra ciudad, debe ser de avanzada y hoy más que nunca se hace necesaria, pues además de la violencia que asola a nuestro gremio, hoy sabemos que no solo somos los profesionistas más incómodos para el Estado, representado en Morena y el Presidente Andrés Manuel López Obrador, sino los adversarios del poder en turno, y todos, como reporteros en esta ciudad, sabemos lo que eso significa. ¿verdad Marcelo?

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