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Pluma Invitada

Sin legitimidad moral Piedra Ibarra asume cargo por consigna

Además de impuesta, es mentirosa

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Luis Repper Jaramillo

MORENA y sus secuaces, encabezados por Andrés Manuel López Obrador (dueño), Ricardo Monreal Ávila (títere), Senadores (indignos); rémoras (PT, PRI, PES, PVEM), sepultaron la democracia, impusieron su venganza, asesinaron a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), al imponer en la presidencia a Rosario Piedra Ibarra, una mujer si perfil profesional para el cargo, sin la preparación jurídica y académica necesaria que le de legitimidad, certeza y dignidad.

Sus únicos méritos son, ser hermana y viuda de terroristas, asesinos, secuestradores, “cualidades” que comparte con su madre Rosario Ibarra de Piedra, que han medrado por casi 50 años con el nombre de “Jesús” (no Dios), sino su hijo y hermano, desaparecido en la década de los 70, cuando integraba la Liga Comunistas “23 de septiembre” dedicada al robo, secuestro, asesinato, asaltos, terrorismo y desestabilización del orden público.

Estas “cartas credenciales” de Rosario Piedra, fueron suficientes para que López Obrador avalara (propuso) su inclusión en la terna que envió al Senado para el relevo en la CNDH y sustituir a Luis Raúl González Pérez, de gran responsabilidad y desempeño, que en colusión con los Morenos en la Cámara Alta, incrustaron a la hija de su amiga Rosario, para manipular e ignorar la violación de los Derechos Humanos de los mexicanos por acción, omisión, corrupción de decisiones o imposiciones de las autoridades; no para salvaguardar garantías individuales de los afectados.

Ilegalmente Piedra Ibarra fue protestada como titular de la dependencia, pero su llegada está viciada de origen, ya cité algunos impedimentos… pero hay más.

Ser víctima de una supuesta “injusticia” por parte del gobierno priista de Luis Echeverría Álvarez, al –según ellas- desaparecer a su terrorista familiar, no es razón suficiente para obtener la responsabilidad de Ombudsperson, pero, para El Peje y secuaces, representa cobrar venganza y hacer mártir a un asesino y secuestrador por ello premia a la familia Piedra Ibarra, 50 años después del negro historial de Jesús.

Irracional. Pero… como a “ya saben quién” le fascina violar la Constitución, leyes, reglamentos, estatutos, etc. una vez más reafirma que antes que las reglas están sus intereses personales, de grupo, políticos y doctrinarios, ordenó a sus testaferros en el Senado violar la Ley para presentar aspirantes a la Presidencia de la CNDH, que en su Artículo 9º, establece como requisito fundamental “no desempeñar, ni haber desempeñado cargo de dirección nacional o estatal en algún partido político –no pierda de vista este dato- en el año anterior a su designación”

Esto, se supone, lo saben Senadores de la República… pero resulta que Rosario Piedra Ibarra, cuando inició su participación hacia la presidencia del organismo no sólo era militante, sino dirigente desde 2015, de Morena, como integrante del Consejo Nacional, máximo órgano de dirección, con capacidad para imponer, votar, impedir y decidir temas del partido.

Aún más, esto es cinismo, burla, irresponsabilidad, inmoralidad, desvergüenza de ella, de Monreal Ávila, López Obrador, de la mayoría morenista. El 12 de noviembre cuando le fue tomada la protesta como Presidente de la CNDH por la Mesa Directiva del Senado, con mayoría de Morena, Piedra Ibarra, militaba en el partido, impedimento legal para asumir el cargo. Esto le valió madres a López y parásitos. En medio de indignante ceremonia le levantaron el brazo para decir “Sí, Protesto”… Miserable mujer.

La Piedra Ibarra, no sólo es espuria titular de la Comisión, sino además mentirosa.

Minutos después de asumir (ilegalmente el cargo), en entrevista con los periodistas declaró ser militante activa de Morena, pero mintió, pues como se consignó líneas arriba, era dirigente en el Consejo Nacional, cuando la Ley del órgano defensor de las garantías individuales, estipula no haber desempeñado cargo y militancia en ningún partido político un año antes… Como su Jefe, mandó “al diablo las instituciones”

Además de violentar la Ley de la Comisión, el INE la exhibe, pues en su página de internet consta los nombres y cargo de los cuadros de dirección de Morena, que hasta antes del 13 de noviembre Piedra Ibarra no había renunciado a militancia y dirigencia; ni el partido lo había notificado a la autoridad electoral, como exige la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales.

La CNDH se creó a instancia gubernamental en 1990 para frenar los abusos de servidores públicos contra la ciudadanía. Pero sus decisiones sólo eran “recomendaciones”, no punitivas. Nadie las pelaba. Luego obtuvo su autonomía, tampoco se acataban las disposiciones. Ahora, a partir del 12 de noviembre de 2019, la CNDH se convirtió por órdenes de Andrés Manuel López Obrador en una oficina más del gobierno de la Transformación de 4ª, a favor del fallido sexenio de los vino tinto, sepultando la razón de ser desde su creación: defender las garantías individuales de los mexicanos contra las atrocidades que cometen autoridades de los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal.

Con Rosario Piedra Ibarra, la CNDH perdió autonomía, independencia, soberanía, dignidad, honorabilidad, ética, credibilidad, moral, certeza y sobre todo confianza, al estar sujeta, sometida, manipulada desde Palacio Nacional; atada de manos para cuestionar, exigir, imponer, ordenar recomendaciones que “afecten” los intereses de la Transformación de 4ª.

Como en todo, para desgracia de la población, hay responsables, con nombre y apellido: Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Monreal Ávila, los senadores de Morena, PRI, PES y PVEM, quienes votaron a favor de la Piedra. A ellos tenemos que señalarlos con dedo flamígero por traicionar a los mexicanos e ignorar el respeto a nuestros Derechos Humanos, por mezquinos intereses políticos, partiditas, personales, económicos de la caterva de infames testaferros del tabasqueño.

Como era de esperarse, ante la infausta noticia de que la inculta, neófita, impuesta y sumisa a su amo, Rosario Piedra asumiría el cargo, por dignidad, congruencia y ética, 5 integrantes de Consejo Consultivo de la CNDH, cargo honorífico, presentaron su renuncia para no ser cómplices de las atrocidades que se avecinan.

El primero en dimitir, por dignidad, fue Manuel Athié Gallo, quien lo hizo pues la honorabilidad y prestigio de la Comisión fue violentada, sepultada, al designar a Piedra Ibarra.

Días después, en conjunto, 4 Consejeras, en Carta/Renuncia, que no tiene desperdicio, expresan sus razones y argumentos, con certera, decencia y quirúrgica crítica ante el arribo de la mentirosa.

Las firmantes, de entrada asestan el primer golpe, el proceso de designación estuvo lleno de irregularidades y despegado de la realidad. La elección (imposición) le resta legitimidad a la institución para defender a la sociedad de los abusos de poder del Estado, cuyas principales herramientas para desarrollar su tarea son: pluralidad, independencia, libertad de gestión, y apego irrestricto a la Constitución. Situación que con la falaz serán aniquiladas (esto lo digo yo).

Las ex Consejeras que renunciaron con carácter de irrevocable son: María Ampudia González, Mariclaire Urquidi, Angélica Cuellar y Olga Noriega Sáenz, no sin antes insistir que Rosario Piedra Ibarra, ¿la Ombudsperson? carece de legitimidad, pues no será capaz de establecer interlocución válida con las dependencias públicas violadoras de las garantías individuales, ni promover el respeto a los Derechos Humanos.

Tampoco generará confianza, ni certeza jurídica consustanciales a su misión.

Su elección, reiteran, se hizo de manera arbitraria, por parte de su promovente (AMLO), del Grupo Parlamentario de Morena y rémoras en el Senado, lo que implica sometimiento absoluto de la CNDH a quien detenta el poder, López Obrador y camarilla (T4a).

Por tal circunstancia, Ampudia, Urquidi, Cuéllar y Noriega, sostienen que Piedra no será capaz de mantener el Principio de Autonomía de Gestión, indispensable para el desempeño de su Función.

“Por lo anterior, concluyen, si permanecemos en la CNDH estaremos en riesgo de incumplir el mandato de “cumplir y hacer cumplir la Constitución” por ello y en congruencia con nuestra conciencia, renunciamos al cargo de manera irrevocable”.

Cabe señalar que la base de la CNDH es la legitimidad moral. Piedra Ibarra (la mentirosa) no tiene credibilidad, ética, perfil profesional, control de confianza, por la sencilla razón de ser impuesta por Andrés Manuel López Obrador y gavilla, quienes el 12 de noviembre de 2019, asesinaron, se solazaron y sepultaron a la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Una joyita más de la Piedra Ibarra. Es viuda del Dr. Germán Segovia Escobedo, causalmente, guerrillero, secuestrador, malandro, líder de la Liga Comunista “Armados”, antecedente de su similar “23 de septiembre” (de la que formó parte su cuñado Jesús Piedra). El esposo de la “flamante” presidenta de la CNDH, secuestró en noviembre de 1972 el vuelo 705 de Mexicana de Aviación, que partió de Monterrey a la Ciudad de México. En el aire, el truhán y 3 cómplices desviaron la ruta hacia La Habana, Cuba.

En la tierra del comunista Fidel Castro, que a la postre les diera asilo, Segovia Escobedo, negoció con las autoridades mexicanas la liberación de 5 camaradas presos miembros de su gavilla, a cambio de entregar la nave, 110 pasajeros y tripulación. El gobierno de Luis Echeverría accedió y soltó a los guerrilleros. El yerno de Rosario Ibarra de Piedra, acosado psicológicamente por sus fechorías se suicidó de un disparo en la sien el 25 de diciembre de 1981.

Por todo esto López Obrador premió a la familia Piedra Ibarra, con la medalla Belisario Domínguez, a la matriarca y la CNDH a la hija/viuda de otro guerrillero. ¡Qué bonita familia, qué bonita familia… y amigos (T4a)!

 

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