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Capital Político

La caída del consejero jurídico

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Adrián Rueda

El pasado miércoles 5 de diciembre, Héctor Villegas presentó su renuncia a la Consejería Jurídica del Gobierno de la Ciudad de México —según él, por motivos personales— y la jefa de Gobierno se la aceptó.

No se dieron a conocer más detalles de la sorpresiva salida, pero llamó la atención porque Villegas ha sido compañero de luchas universitarias de Claudia Sheinbaum y se le consideraba uno de los funcionarios más cercanos.

Todo el mundo dio por hecho que las grillas palaciegas en el Antiguo Ayuntamiento por fin habían dado resultado, y que quienes no querían al consejero —que eran muchos— se habían salido con la suya metiéndole cosas en la cabeza a Sheinbaum.

Ahora se sabe que a Villegas las grillas le hubieran hecho lo que le viento a Juárez, pero cometió un error de enamorado, pues por ahí circula la copia de una bitácora que lo ubica en un jet privado que voló de México a San Diego, ida y vuelta, el fin de semana anterior.

Las malas lenguas decían que se había ido a las compras del Black Friday —algo así como el Buen Fin gringo— y que había regresado retacado de regalos, lo cual no tendría que importarle a nadie si él tiene cómo pagar de su bolsa sus gustos.

Incluso sin importar que en la bitácora apareciera el nombre de su amada, a quien supuestamente le entregó un anillo de compromiso, adquirido en una de las tiendas más fifís.

El tema es que el Congreso de la Ciudad de México y el gobierno capitalino traen un relajo en materia de publicación de leyes, que constantemente son observadas por los propios diputados de oposición, quienes les han dado hasta por debajo de la lengua a los morenos.

Uno de los últimos errores fue la publicación de una enmienda al artículo 30 de la Constitución local, al que le fueron rasurados los siete numerales que facultan tanto a los diputados como a la propia jefa de Gobierno para proponer, analizar y aprobar iniciativas.

Ese “pequeño error” tiene ya sin uñas a la mayoría de Morena, pues, si no se corrige a la de ya, corren el riesgo de que toda ley —incluyendo el Presupuesto 2020 para la capital y el nombramiento de Ernestina Godoy como fiscal— sea impugnable.

Este tipo de “problemillas” no le importaron mucho a Villegas, quien prefirió usar su fin de semana en compras e impresionar a su amada con un vuelo privado, lo cual llegó al conocimiento de Claudia, quien lo puso de patitas en la calle.

Y cuando parecía que la sed de venganza se había calmado, desde el Zócalo pidieron también la cabeza de la coordinadora de Servicios Parlamentarios del Congreso, pues argumentaron que las leyes se publicaban mal, pero así iban desde que salían de Donceles.

Ni modo, Carina Piceno Navarro tuvo que presentar ayer su renuncia, que se hará válida tan luego concluya el actual periodo de sesiones; o sea, el próximo domingo.

CENTAVITOS

El que puso de cabeza a todos fue el alcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava, del que se dijo que ya estaba amarrado para regresar al PRD, pero de inmediato panistas y verdes cruzaron llamadas con él, pues, según ellos, las negociaciones aún no están cerradas.

Periodista, especializado en política de la CDMX. Editor y columnista

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