Adrián Rueda
Uno de los principales artículos de la Constitución Política capitalina –el tres, para ser exactos– señala que para lograr una ciudad sustentable, ordenada y segura, el Congreso debe crear el Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva de la Ciudad de México.
Este Instituto, programado originalmente para el 30 de abril pasado, será el encargado de definir el futuro de la ciudad, a través de un programa transexenal, que tendrá que presentar en marzo próximo.
Por esta razón, la Ley de Planeación –que dará origen al órgano desconcentrado–, es considerada como la madre de todas las leyes, incluso superior a la del Presupuesto, la Fiscalía General y otras, pues será el eje rector este y los gobiernos subsecuentes.
Y es que este Instituto –que tendría que operar con autonomía– elaborará el Plan General de Desarrollo; el Programa General de Ordenamiento Territorial y los programas de Ordenamiento Territorial en todas las alcaldías.
Esto quiere decir que desde ahí se decidirán los programas sectoriales, de gobierno, especiales e institucionales, y los programas parciales de colonias, barrios, pueblos y comunidades indígenas.
Un comité de 15 personas, propuesto por el Gobierno de la CDMX, enviará una terna a Claudia Sheinbaum para que elija quién desea que encabece el nuevo y poderoso Instituto de Planeación.
De ese tamaño es el dictamen que se aprobó ayer y en el que Morena impuso su mayoría para que el gobierno capitalino pueda nombrar a un director carnal, dejando de lado la opinión de alcaldes, especialistas y ciudadanos sobre el futuro de sus colonias.
Una situación que incomodó a más de un legislador de oposición fue que para el cabildeo de la Ley Sheinbaum designó al arquitecto español Pablo Benlliure Bilbao y al filósofo argentino Patricio Carlos Carezzana Barreto, quienes operaron la elaboración.
Incluso el filósofo argentino –por cierto exasesor de la priista Mariana Moguel en la pasada Asamblea Legislativa– estuvo reportando en vivo desde Donceles –por whatsapp a Benlliure, “por órdenes de la Jefatura de Gobierno”.
La oposición criticó que el diseño de lo que será la CDMX en los próximos 15 años haya quedado en manos de extranjeros –ambos trabajan en Seduvi y Bienestar, respectivamente–, y que hayan quedado fuera Ileana Villalobos y Almudena Ocejo, titulares de esas áreas.
Si bien es cierto que la oposición logró algunos cambios, éstos fueron a que básicamente los morenos se volaron las propuestas del panista Federico Döring y del perredista Víctor Hugo Lobo, y luego se cerraron a cualquier modificación más.
Por eso al final PAN y PRD se retiraron y dejaron solos a los morenos.
CENTAVITOS…
La que estuvo de visita ayer en Donceles fue Florencia Serranía, directora del Metro, para explicar a los diputados los temas presupuestarios del sector. Ya que dice saber mucho de finanzas, debió explicar para qué servirá la “ganancia” que dejó una compañía fabricante de tenis, que ocupó la marca y el nombre del Metro para vender tenis “conmemorativos” en línea, dejando el 25 por ciento de ganancias al SCT, o sea ¡349 mil pesos! No, pues Florencia ya acabó con los problemas financieros de ese transporte… A quien se le vio relajado y de pants desayunando en una plaza comercial ayer fue a Héctor Villegas, recién cesado como Consejero Jurídico de la CDMX. Parece que poco le afectó el castigo de Claudia.
