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El conflicto en la prepa 9 de la UNAM

Existen muchos puntos y dilemas a discutir en este difícil conflicto que está afectando a una comunidad de aproximadamente 6000 alumnos; más maestros, directivos, trabajadores, padres de familia, y todo lo que puede girar alrededor de un plantel educativo de esa magnitud. Conflicto difícil que parece no importarle a las autoridades de la UNAM.

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Encapuchados prepa 9

“El crimen más grande que puede cometerse contra cualquier ciudadano es negarle una educación que lo emancipe de la miseria y la excomunión.”

El Nigromante.

Existen muchos puntos y dilemas a discutir en este difícil conflicto que está afectando a una comunidad de aproximadamente 6000 alumnos; más maestros, directivos, trabajadores, padres de familia, y todo lo que puede girar alrededor de un plantel educativo de esa magnitud. Conflicto difícil que parece no importarle a las autoridades de la UNAM. Nos concentraremos en pocos, los más importantes y sustanciales: la democracia, la ética, el derecho y la ineptitud, en ese orden.

Debo aclarar que no estoy escribiendo sobre supuestos o especulaciones, ya que he tenido contacto directo desde el comienzo con el conflicto y por esto, a pesar de ser un ciudadano cualquiera, me atrevo a opinar sobre todo lo sucedido en estos tres meses. Desgraciadamente, al terminar de escribir esta opinión, los encapuchados convencieron a los jóvenes que entraron a “entablar el diálogo”, de que los adultos no deben involucrarse, pero esto más que un argumento sólido parece un guion escrito para prolongar el conflicto.

Al comenzar el conflicto existía al parecer un solo bloque mayoritario representado por toda la comunidad estudiantil, quienes hartos de la inseguridad que viven dentro y fuera del plantel decidieron tomar las instalaciones en un reclamo que en ese momento parecía válido y congruente. Y que por sobre todas las cosas era un movimiento apoyado por la gran mayoría de los estudiantes. Los reclamos puntuales fueron la seguridad y la denuncia de profesores que se señalaron como acosadores, ineptos y corruptos, e incluso alumnos señalados como acosadores. Lo importante es que la gran mayoría parecía apoyar un movimiento que en ese momento nadie conocía exactamente de donde surgió y parecía en verdad un reclamo espontáneo de los estudiantes que como jóvenes se rebelaban ante un sistema caduco y rebasado por la coyuntura de las sociedades modernas. La democracia parecía estar funcionando e incluso parecía un respiro al anquilosamiento de una institución que vive en el pasado.

Sin embargo el movimiento empezó a debilitarse por diferentes causas como la concientización de los estudiante que en un principio lo veían como una oportunidad (cualquiera que fuera), el hartazgo de los padres de familia; pero por sobre todo el debilitamiento se dio porque los entonces paristas empezaron a tomar un discurso radicalizado, intolerante y muchas veces incoherente, ya que las autoridades respondieron a todas sus demandas de manera positiva, con los condicionantes lógicos de una burocracia inmensa como es la burocracia de la UNAM y con los problemas que acarrean las denuncias penales en un sistema corrupto y parcializado. Los estudiantes entonces votaron a favor de regresar ya a clases y los ahora encapuchados de dudosa credibilidad en actitudes arrogantes, soberbias y burlonas decidieron continuar con la toma de las instalaciones de manera arbitraria. Estos jóvenes se burlan de los adultos que “no los entienden” y a quiénes según ellos aborrecen, demostrándolo en incontables ocasiones a través de los comentarios que hacen de ellos en redes sociales, mas sin embargo un adulto los manipula y los usa como escudo humano, lamentable la situación de esa “señora” que nunca quiso decir su nombre y la razón de encontrarse dentro de la escuela.

instalaciones vandalizadas prepa 9

instalaciones vandalizadas prepa 9

Aquí se empieza con las suspicacias y la falta de información no hace mas que corroborar el infiltramiento de organizaciones ajenas a los mismos estudiantes, estas organizaciones a través de la persona mencionada, parece ser, manipulan la situación para lograr sus propios propósitos políticos y acrecentar sus intereses a costa de la carne de cañón de una comunidad que incluso dentro de la UNAM es de élite, si se puede llamar así, ya que esta es una de las dos preparatorias que más puntos solicita en el examen COMIPEMS para aceptar estudiantes. Asimismo, la democracia y valores de justicia que pregonaban resguardar en el seno de su movimiento se vieron corrompidos desde el momento de no aceptar la decisión de la mayoría de regresar a clases. El castillo de arena de la democracia del movimiento se vino abajo con el soplido y las ordenes de infiltrados con intereses políticos, porque intereses humanos no parecen tener.

Los paristas no aceptan adultos y los aborrecen, sin embargo, el lunes de esta semana una persona mayor de edad, quién se identificó como “Rosa Salazar” se encontraba dentro de las instalaciones y actuando como cadenera soberbia de antro de poderosos impidió el ingreso de los estudiantes a su propia escuela al ponerse como barrera. Esta persona alegaba pertenecer a la Comisión de Derechos Humanos, lo cuál nadie ha desmentido tampoco, pero en realidad pertenece y es vocera al menos de un grupo de “activismo”, existen varios videos en youtube e incluso una entrevista con Gómez Leyva que lo corroboran. Si esto no es una infiltración para provocar y usar a estudiantes como carne de cañón, entonces que alguien explique qué es, pero con pruebas, no con posverdades. La democracia se esfumó.

Rosa Salazar

“Rosa Salazar”

El dilema moral de las autoridades de la UNAM por supuesto es evidente, no es permisible en ninguna circunstancia violentar o agredir a los estudiantes ni sacarlos por la fuerza, pero aquí es donde entra el dilema. En primer lugar, no es posible identificar a muchos de los jóvenes que se encuentran dentro del plantel, porque se cubren el rostro y porque muchos no han querido enseñar su credencial, esto es un acto de provocación más que de protección personal, pues al no tener certeza de su identidad se escudan del exterior en el dilema moral que tienen las autoridades, eso es un hecho.

En segundo lugar, ellos abogan por la no violencia, pero ellos han usado la violencia en contra de sus propios compañeros y de quién no esté de acuerdo con sus ideas, lo cuál también es un problema. Ellos alegan que los padres de familia, adultos que ellos aborrecen los atacaron primero, y se victimizan, lo cual es una estrategia válida, como mentira es al cabo una estrategia. Yo estuve presente y nadie los agredió, un grupo de estudiantes quisieron entrar a su propia escuela y los encapuchados los agredieron con extinguidores, cadenas, palos, petardos e incluso se vieron herramientas usadas como armas. El dilema moral ahora cae en defender la integridad ¿de quién? De la gran mayoría que quiere regresar a clases o de un puñado de jóvenes que están siendo manipulados por intereses de adultos que ellos consideran como guías. O que aclaren, si está prohibido cualquier adulto, entonces ¿que hacía la autonombrada representante de Derechos Humanos dentro del plantel? Y, sin embargo, otra vez, los derechos de los estudiantes que están afuera y quieren regresar a clases SI son pisoteados y la agresión contra ellos SI está permitida. Lo más curioso es que estas posturas acercan el pensamiento de las autoridades y de los paristas, los dos tienen doble moral.

autoridades prepa 9

autoridades prepa 9

Ahora, ¿donde empiezan los derechos de unos y terminan los de los otros? Los jóvenes son menores de edad y legalmente no pueden decidir por ellos mismos, es parte del derecho. Ellos como menores de edad tienen derechos. Los padres tienen derechos y la obligación, junto con el estado, de proveer educación. Es absurdo que la justicia universitaria no pueda actuar en situaciones como esta usando el derecho como arma civilizada para resolver conflictos que se suceden en la Universidad. Es absurdo y triste ver como una burocracia que pertenece a una parte importante de la sociedad no tiene la capacidad de movimiento para ayudar a sus miembros. Es impresionante ver como una minoría que no acepta opiniones y es intolerante a cualquier idea u opinión que no sea la suya y que además es violenta en sentido físico y verbal decida el destino de la mayoría de una comunidad que clama ayuda del derecho.

Desde el momento en que la directora del plantel sale huyendo para evadir la responsabilidad de un conflicto anunciado que llego a la agresión física por parte de los encapuchados y de la parsimonia e indiferencia de las autoridades ante los hechos, se nota una falta de recursos para solucionar el conflicto. Y aunque los jóvenes aborrezcan a los padres, ellos fueron en su gran mayoría, los que protegieron en la medida de lo posible a los jóvenes y exigieron información y pronta resolución.

Las autoridades seguramente saben algo más que nosotros, no podemos ser inocentes como son los jóvenes en su mayoría. Los padres de familia solicitan la intervención directa del Rector mediante un documento que respaldan un número considerable de padres preocupados por la situación, pero el Rector apenas se ha pronunciado y tampoco ha tratado en realidad de solucionar el conflicto siendo la máxima autoridad de la UNAM. Tanto la directora del plantel, los directivos, como el mismo Rector tienen conocimiento de algo que el ciudadano común no sabe. Ahora es momento que se pronuncien y de que actúen en verdad. Pero desgraciadamente a la comunidad universitaria parece no importarle y si estoy equivocado, espero que lo esté, entonces es momento de actuar. Por el bien de la UNAM, por el bien de la nación y por sobre todo por el bien de los jóvenes que, al fin y al cabo, aunque parezca cliché, son los que pueden revertir muchas cosas que los adultos hicimos mal.

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