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Capital Político

Falla Claudia en control sindical

Ni hablar, los morenos la tuvieron, fue suya y la dejaron ir.

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Adrián Rueda

Lo que pintaba como el primer gran éxito de la nueva Ley Laboral, promovida y aprobada por la 4T para “democratizar a los sindicatos”, será un terrible fracaso en su estreno de esta semana en la Ciudad de México.

Y es que mañana se realiza el proceso “universal y secreto” para elegir al nuevo líder del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno capitalino, y desde ahora está claro que las elecciones tendrán que ser anuladas ante el cochinero que se está haciendo.

Habrá que recordar que, en mayo pasado, el Congreso de la Unión aprobó —en el último día de su primer periodo de sesiones— la nueva Ley Laboral, a fin de acabar con los cacicazgos. Desde entonces se visualizó que sería estrenada en el gobierno de Claudia Sheinbaum.

A la jefa de Gobierno le dejaron la mesa puesta, pues operadores externos a su administración le hicieron la chamba de tumbar al líder sindical Juan Ayala y obligar al sindicato a nombrar un líder temporal que llamara a nuevas elecciones.

El problema es que nadie de peso en el equipo de Sheinbaum dio seguimiento al asunto y dejaron que éste se les saliera de las manos, pues encargaron a Sergio López Montecinos, responsable de Personal en Finanzas, operar una ejemplar elección.

Pero el chileno no le entendió al tema y pensó —seguramente lo mismo que sus jefes— que con tirar línea a los trabajadores para que apoyaran a cierto candidato, el asunto estaba resuelto; se equivocaron.

El candidato oficial de Sheinbaum es Armando Bautista, de la planilla roja; el de Juan Ayala es Hugo Alonso, de la azul, pero, a estas alturas, lo de menos es quién de los dos gane, pues cualquier triunfo será anulado por las autoridades electorales.

Es tal el cochinero de ambos lados, que el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, a cargo de Plácido Morales, se verá impedido para reconocer el triunfo legal de alguno de los dos grupos; no se arriesgarán a estrenar la flamante ley con un fallo cuestionado.

Y es una verdadera pena que el gobierno haya dejado suelto un asunto tan importante, pues, a pesar de que ya les habían quitado de encima a Ayala, dejaron que éste operara con las bases, donde aún conserva gran influencia, y le permitieron subsistir.

Es una lástima que, en lugar de ser un ejemplo de legalidad y de democracia para el resto del país, la capital de la República vaya a ser vista como la sede del primer gran fracaso de la tan cacareada Reforma Laboral.

Ni con todo el apoyo y asesoría de expertos, el gobierno capitalino fue capaz de dar la puntilla a la mafia sindical que controla la mayoría de las secciones sindicales de la burocracia capitalina; en otras administraciones eso no pasó.

Ni hablar, los morenos la tuvieron, fue suya y la dejaron ir.

CENTAVITOS

Y a todo esto, el que saldrá ganón será otro Ayala —Joel, líder de la FSTSE—, pues, como no habrá acuerdo, y en virtud de que los trabajadores del gobierno capitalino están afiliados a la burocracia nacional que él dirige, tendrá que hacerse cargo de ellos y pondrá un “directorio”, que es un listado de dirigentes provisionales designados por él y que manejarán, entre otras cosas, las jugosas partidas presupuestales de los trabajadores capitalinos. Bien dicen que nadie sabe para quién trabaja.

 

Periodista, especializado en política de la CDMX. Editor y columnista

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