Adrián Rueda
Ante la falta de resultados y de las previsiones de que éste será un año especialmente complicado, el gobierno de la 4T comienza a ejecutar su Plan B en la Ciudad de México, que es acelerar el ataque contra exfuncionarios manceristas.
Desde el último trimestre de 2019, la administración de Claudia Sheinbaum inició una cacería contra gente cercana a su antecesor, Miguel Ángel Mancera, por temas que tienen que ver, básicamente, con la construcción y el manejo de la nómina oficial.
Al arranque de este gobierno, la idea fue culpar a sus predecesores —pero sólo de 2012 a 2018— de todo lo malo que pasa en la capital, a fin de ganar tiempo y justificar sus propias pifias, pero ante el agotamiento de ese discurso, ahora vienen los expedientes.
Por eso no importó torcer la ley las veces que fuera necesario para imponer a Ernestina Godoy como fiscal de la CDMX; su llegada era de vital importancia para fortalecer el ataque contra Mancera y su pandilla.
En primera instancia, se obtuvieron órdenes de aprehensión en contra de Édgar Tungüí, Felipe de Jesús Gutiérrez y Miguel Ángel Vázquez, gente del primer círculo macerista, aunque ninguna de ellas se pudo ejecutar.
Ninguno de esos expedientes bastaría para encarcelar a alguno de ellos, pero como los morenos tienen todo el control del aparto legal, el temor de los acusados es sufrir un trato al estilo Rosario Robles.
Hasta ahí, toda la cosa era más o menos previsible, pero la acción por la que pretenden llevar ante el juez a Raymundo Collins cobra una dimensión que seguramente ni la propia Sheinbaum ha calculado.
Y es que Collins no es cualquier gente, sino uno de los conocedores de las cloacas de la política desde hace mucho tiempo, y así como trabajó con Mancera, también lo hizo con AMLO y con el hoy canciller Marcelo Ebrard, por lo que debe tener sus propios datos.
Incluso sigue siendo amigo de ellos, pues nunca se han peleado y los ha apoyado desde las trincheras en las que ha estado, por lo que este proceso en particular debe repensarse si los propios morenos no quieren darse un tiro en el pie.
Porque no es el Invi lo que les debe preocupar, sino que Collins fue el último secretario de Seguridad Pública del sexenio anterior y, en un semestre, dio los resultados que en seis años no dieron los manceristas.
Entre otras cosas, dio severos golpes al Cártel de Tepito, agarrando a sus líderes más importantes, por lo que el propio gobierno tiene la obligación de cuidarlo. Nadie quiere pensar qué pasaría si acaba en un reclusorio.
Y es que en esos lugares están muchos de los malosos que metió a la cárcel, por lo que, independientemente de lo que sabe, sería una imprudencia alborotar el avispero con un tema tan escabroso, que incluso podría ser contraproducente para la propia Claudia.
Quienes conocen del tema recomiendan a la gobernante partir hoy la rosca de reyes y sacar un muñequito distinto a Collins, para que no se le vaya a indigestar el inicio de año.
CENTAVITOS
Los que de plano decidieron contar sus doce uvas en calma fueron los diputados locales de Morena, quienes hoy reinician oficialmente las hostilidades para elegir a su nuevo pastor en la granja en Donceles. Se estima que la batalla durará un par de semanas y que no habrá misericordia para nadie.
