Adrián Rueda
Con todo y que durante la campaña política de 2018 en la ciudad bajó su perfil a ras de suelo, desobedeciendo la instrucción de Miguel Ángel Mancera de operar para el PRD, José Ramón Amieva está en la mira de la Auditoría Superior de la Federación.
El jefe de Gobierno sustituto en la última administración perredista fue calificado siempre como traidor, aunque Mancera desoyó los consejos de quienes le decían que no confiara en él para dejarle el cierre.
En plena campaña arreciaron las quejas de que Amieva estaba operando para entregar el gobierno a Morena. Todo el mundo se daba cuenta; era obvio que olía el triunfo opositor y quería salvar el pellejo para cuando arribaran los pejistas.
Al final, ganó Claudia Sheinbaum y José Ramón fue su sirviente durante los seis meses que duró la transición, en tanto se vencían los plazos para que la ganadora asumiera el poder.
En el círculo cercano de Mancera siempre dijeron que Amieva los había vendido para salvar su pellejo, lo cual fue negado hasta el cansancio por el acusado, quien, tan luego terminó su encomienda, se guardó… hasta hace unos días.
Desde hace algunas semanas se sabía que el exfuncionario quería regresar a la política activa y que intentaría reaparecer como presidente municipal de Mixquiahuala, su pueblo, en Hidalgo, y después buscar la gubernatura de su estado.
Hasta ahí todo era chisme, pero la semana pasada oficializó sus aspiraciones y, además, dijo que buscaría afiliarse a Morena, porque coincide plenamente con su plataforma.
Declaró que su “conocimiento y experiencia” pueden ayudar a su pueblo y que solamente esperaría los tiempos y las formas para adherirse a Morena.
Incluso aclaró que no cobraría por su trabajo y hasta pondría su propio auto, lo cual hace pensar que Amieva amasó suficiente dinero como para vivir sin trabajar o para trabajar sin cobrar.
Si hoy dice que sus ideales están en la plataforma obradorista, pues por qué no se unió a él desde antes. Por qué se dedicó a comer del PRD mientras fue gobierno.
Quizá creyó que siendo candidato en un pueblito pasaría desapercibido, pero con lo que José Ramón no contaba es que la persecución sobre Mancera no se podría entender sin ir también en contra de quien lo sucedió en el gobierno.
Como balde de agua helada le ha de haber caído que la Auditoría Superior de la Federación investiga faltantes por 307 millones de pesos en el manejo del Fondo de Capitalidad de la CDMX en 2018, justo el año que le tocó cerrar a Amieva.
Si bien es cierto que ese año lo arrancó Mancera, los últimos diez meses los encabezó José Ramón, y ahí es donde hay muchos faltantes en proyectos pagados con dinero federal, sin que se cumpliera la ley.
Así que mientras él sueña con ser nuevo alcalde moreno, las autoridades no se han olvidado a qué ubre estuvo pegado tanto tiempo. Sobre todo porque Claudia va tras Mancera… y, por ende, por Amieva. Así que quien lo patrocina no lo podrá sostener como neopejista.
CENTAVITOS
Dicen que es cosa de días para que empiecen a salir los primeros nombres de los aspirantes a las unidades administrativas de Donceles. Que el acuerdo para que transitara Martha Ávila como coordinadora pasó por buscar perfiles idóneos. O sea, que no serán cuotas ni cuates, sino los más aptos. Pues ya se están tardando.
