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Capital Político

La cruzada de Alejandro Rojas

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Adrián Rueda

Nadie pude negar la lucha que Alejandro Rojas Díaz Durán ha dado en su intento por democratizar Morena, sobre todo hoy que vive una lucha interna de poder entre visiones encontradas e intereses opuestos.

El senador suplente de Ricardo Monreal emprendió una cruzada por el país en contra de lo que él llama la nomenclatura de su partido, que encabezaba, básicamente, Yeidckol Polevnsky, junto con Bertha Luján.

La batalla fue por la falta de democratización del partido pejista y, sobre todo, la exclusión de miles y miles de militantes que apoyaron la lucha del hoy Presidente de la República y que no aparecen en el padrón que decidirá la renovación del partido.

Hasta ahí, muy loable lo que Díaz Durán emprendió desde el año pasado, recorriendo los estados para concientizar a los simpatizantes de Morena de participar en la renovación de la dirigencia nacional.

Esas acciones culminaron con la decisión del Instituto Nacional Electoral de reconocer a Alfonso Ramírez Cuéllar como dirigente provisional, en lugar de Polevnsky, y ordenar al partido hacer una elección en un plazo máximo de cuatro meses.

Ahora los aspirantes a dirigir Morena —hasta el momento— son Bertha LujánMario Delgado y el propio Rojas Díaz Durán. La llamada nomenclatura quedó fuera, aunque, por supuesto, muchos esperarán la convocatoria para anotarse.

El senador suplente de Monreal pide también que todos sus compañeros mencionados —y en general todos los aspirantes a presidir el partido— renuncien a sus actuales encargos a fin de que haya piso parejo.

Muy bien, suena justo, pero ahora le tocaría explicar al mismo Alejandro cómo le hizo para pagar sus recorridos al estilo Peje por todo el país y hacer reuniones con militantes de los lugares más recónditos.

Lo mismo se le vio en poblados de Yucatán que de Baja California, y desde luego que eso cuesta mucho dinero, que, se supone, podrá explicar su procedencia.

No vaya a salir con que el pueblo bueno lo estuvo apoyando, porque ese argumento ya se lo ganaron desde hace mucho y siempre resultó poco creíble para quien lo usó durante muchos años de campaña.

Si el senador suplente pide piso parejo, entonces se tiene que mirar al espejo. Si bien recorrió —y lo sigue haciendo— el país en su lucha democratizadora, también le sirvió para darse a conocer y ganar simpatías entre los pejistas.

En pocas palabras, Rojas Díaz Durán adelantó toda una campaña proselitista con recursos que nadie sabe a ciencia cierta de dónde salieron y que, por el bien de todos, debería explicar el senador suplente de Monreal.

Quién sabe si el INE esté interesado en el tema, puesto que Alejandro ha anunciado que se lanzará como candidato a presidir su partido. O esperarán a que lo haga oficial y alguien se inconforme.

Para coronar su cruzada, Rojas Díaz Durán tendría que declinar y quedar como un luchador por la democracia.

CENTAVITOS

Por lo rumbos de la GAM presumen que Claudia Sheinbaum visita mucho esa alcaldía, lo cual es cierto. Pero no por la linda cara del alcalde Pancho Chíguil, sino porque a la jefa de Gobierno le llaman mucho las obras, como la Universidad Rosario Castellanos; el Hospital de Cuautepec o el recién inaugurado puente vehicular en Eje Central y Montevideo, que son muy apreciadas por la comunidad. Lo malo para Chíguil es que todas las obras que admira Sheinbaum las heredó de su antecesor, Víctor Hugo Lobo. ¡Ouch!

Periodista, especializado en política de la CDMX. Editor y columnista

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