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Economía para Principiantes

El Coronavirus no tiene la culpa

Nuestro PIB venía sufriendo presiones desde antes de la pandemia

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Pablo Trejo

En nuestro país existe la creencia que las malas noticias no llegan solas. A la aparición de la pandemia y sus efectos en la salud pública, se han sumado una serie de acontecimientos de orden económico que, si bien es cierto, tienen que ver con la crisis de salud, también lo es que cuentan con lógica propia, pero que se confunden en el escenario de crisis por la que atravesamos.

La pandemia ha ralentizado el intercambio del comercio mundial, pero debemos recordar que justo antes de que apareciera, nos encontrábamos ante el renacimiento de prácticas proteccionistas en el mundo, como el Brexit en Europa, o la política ultra nacionalista de nuestros vecinos del norte, lo que provocó que hayamos tenido que entrar a un proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio, lo que deja en claro que, antes del coronavirus ya estaban presentes algunos elementos que amenazaban a nuestra economía.

Esa perspectiva negativa sobre el comercio exterior mexicano, derivada del acoso comercial estadounidense, generó una fuerte presión sobre el tipo de cambio del peso frente al dólar, por lo que no pocos especialistas vaticinaron desde entonces que el valor de cada dólar podría alcanzar los 25 pesos mexicanos, así que el tipo de cambio actual no puede explicarse únicamente como una consecuencia del Covid-19.

Por otra parte, está el tema del petróleo. Es cierto que la disminución de la actividad económica, ha generado que la demanda de combustibles fósiles se haya venido abajo y ante el exceso en la oferta, los precios estén sufriendo como lo están haciendo, pero también es cierto que el mercado del petróleo ha sufrido crisis periódicas provocadas por los intereses comerciales de los países productores del crudo. Con o sin coronavirus, las posiciones de los Países Árabes y Rusia, y algunos otros espectadores como México y Venezuela, iban a desembocar tarde o temprano en una guerra de precios como la que estamos viviendo.

Nuestro PIB venía sufriendo presiones desde antes de la pandemia, y uno de sus ingredientes, las remesas, venían registrando importantes disminuciones debido a la política antinmigrante de Donald Trump. Evidentemente el que la ciudadanía deje de trabajar por permanecer en casa ha acrecentado el problema, pero el que los paisanos estén enviando menos recursos a las comunidades de nuestro país, no puede achacarse exclusivamente al coronavirus.

Resulta fácil y sencillo aprovechar un escenario como el actual para culpar al virus de todos nuestros males y malas decisiones. Desafortunadamente, la crisis por la que atravesamos, si servirá para esconder muchas de ellas y para justificar la puesta en marcha de muchas cosas que hubiese sido muy complicado hacerlo en condiciones de normalidad. Toda crisis representa una oportunidad enorme para corregir rumbos y enmendar errores y si bien es cierto que no podemos culpar al coronavirus de todo lo que nos pasa, si podemos aprovechar su existencia para sacar lo mejor de nosotros como país y lograr que al final el balance no sea tan negativo para nuestro México lindo y querido.

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