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Pluma Invitada

Por Decreto, “militares civiles” serán nuestra policía pueblerina

¿Protegerán a la población o serán cubre espaldas?

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Luis Repper Jaramillo

¿Recuerdan esta promesa del Peje?: 2012.- siendo candidato presidencial de la izquierda (PRD, PT, MC) Andrés Manuel López Obrador en mítines y videomensajes a través de YouTube se comprometía a regresar a sus cuarteles al ejército en 6 meses, si ganaba la elección del 1 de julio. En sus palabras prometíano debe seguir exponiéndose al Ejército, ni socavarlo; regresarlo en la medida que se va profesionalizando la policía (Policía Federal)… y eso nos llevará seis meses, en tanto la nueva corporación sea la que se haga cargo de garantizar la seguridad”… pues no regresó a los cuarteles a la soldadera y desapareció a la Policía Federal para formar su brazo armado (cuidaespalda) Guardia Nacional… ¡va! que tampoco da resultados y ¿saben qué? por Decreto deja en las calles a soldados y marinos en labores de policía pueblerina.

Sí, aquel boquifloja, hablador, mentiroso, embustero candidato presidencial (2012) con PRD, PT y MC, es el mismo que en 2018 con su negocio familiar Morena, obstinado de llegar a Palacio Nacional, siguió prometiendo lo mismo. En un videomensaje señaló en Redes Sociales, ahora como presidente electo cuando se restaura la República de inmediato el Presidente Juárez ordenó a los militares entregar el poder a los civiles…

Juárez sabía que no podíamos apostar a una República militarizada, sino a una República civilista (sic). Esta es una enseñanza mayor. Nos debe servir para entender que NO ES CON EL EJÉRCITO COMO SE PUEDEN RESOLVER LOS PROBLEMAS DE INSEGURIDAD Y DE VIOLENCIA

¡Órale! Andrés Manuel, “prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila”. Mira, López, lo más sagrado que tiene una persona es su palabra, tú deshonras tus promesas y compromisos.

¿Qué esconde de verdad el tabasqueño al recular su propia promesa respecto a soldados y cuarteles? ¿Brindar seguridad a 126 millones de mexicanos con los verde olivo y albos, cuando -por ley- tenemos policías federales, estatales, municipales, ministeriales, swats, grupos especiales, “pajaritos”, policía política (Segob), fiscal (SHCP), infiltrados, etc. en cantidad y calidad?

Por qué distraer de sus funciones constitucionales a militares y marinos, que deben preservar soberanía, integridad e independencia nacionales por aire, tierra y mar; garantizar la seguridad interior. Auxiliar a la población civil en caso de desastres naturales (Plan DN III); realizar acciones cívicas y obras sociales que tendan al progreso del país. Y, en caso de desastre ayudar a mantener el orden público, auxiliar a las personas y bienes, reconstruir las zonas dañadas. Esa es la obligación legal, moral y ética de las fuerzas armadas, no perseguir ladronzuelos, pillos, carteristas, malandros de poca monta, delincuentes del fuero común, pleitos callejeros o conflictos familiares. Será un despropósito y violación constitucional.

La segunda lectura de esta perversa decisión del señor López, avalada por sus gusanos legisladores de Morena, PT. PES y PVEM en la Cámara de Diputados, al aprobar la reforma constitucional del Artículo 89 referente a la Guardia Nacional y Fuerzas Armadas, para facultar a militares y marinos realizar labores de policía civil (con todo su arsenal, vehículos, drones, aviones, helicópteros, caballería equina, motorizada, protocolos de asalto, logística castrense, tecnología satelital, etc.) es un exceso, pues los civiles no somos antagonistas, golpistas, invasores, sicarios, conspiradores, mercenarios, etc. Que más qué blindarnos del mal, nos intimidarán, atemorizarán y atacarán (2 de octubre 1968, Tlatlaya, Jueves de Corpus, Tepochica, Guerrero; Aguililla y Uruapan, Michoacán, etc.) ya que los verdeuniforme no entienden o razonan, sólo obedecen ciegamente la orden de su mando, sin considerar las circunstancias.

Bajo este escenario, ¿esto es lo que busca en realidad López Obrador, al “resacar” de sus cuarteles a los militares? Resguardarse, blindarse, poner un muro humano armado ante el hartazgo, inconformidad, desilusión, desesperación popular por su fallido sexenio que tiene hundido al país en recesión, inseguridad, pobreza, desempleo, insanidad, que engendra protestas, inconformidad en calles, ciudades e instalaciones oficiales. Esto sería fácil de contener con la fuerza y letalidad de los soldados… para eso están capacitados, adoctrinados, influenciados, obligados, utilizar la contundencia y no la razón.

Yéndonos más allá, ¿Que fragua, maquina, urde con el dominio y potestad de las fuerzas armadas el inquilino de Palacio Nacional?, gestar su propio ejército, como lo hicieran sus similares de Guatemala, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Brasil para cuidarse las espaldas ante una potencial decisión de imponer la dictadura.

Para ello, ya dio el primer paso, tener en las calles del país a su policía “civil” verde, apoyada por los blancos de la mar, quienes serán sus ojos y oídos para medir y detectar la inconformidad social.

El plan lopezobradorista aplicaría la “receta” del régimen venezolano en México, pues la Guardia Nacional fue uno de los elementos que incluyó Hugo Chávez en la Constitución venezolana de 1999, según él para “mantener el orden interno”. La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) se convirtió en uno de los cuatro elementos de la Fuerza Armada Nacional junto con el Ejército, la Armada y la Aviación, a los que otorgó atribuciones para ejercer actividades de “policía administrativa y de investigación penal”. Recuerden que Chávez y Maduro son los ideales de López Obrador y hacia allá va “para mantenerse en el poder”, como aquellos.

López creó en 2019 su Guardia Nacional, que jamás dio resultado, por ello en mayo de 2020 dispone por Decreto facultar a la Fuerza Armada (y confirmo, armada, porque tienen los arsenales suficientes para una cruenta batalla) como bloque de contención para “resguardar” a la población y… utilizarla como escudo para su malévola intención.

Del videomensaje que cité al inicio de la entrega, tomo otra parte para desenmascarar a Andrés Manuel: hablaré con los legisladores de nuestro partido (Morena) para que no se vayan a dar facultades excesivas al Ejército… ¿simulación, deshonor a la palabra, engaño cachavotos? Sigo con el discurso, no podemos nosotros aceptar un gobierno militarista (sic) porque ha lanzado a la calle una aventura, una estrategia fallida (se refería a la guerra contra la delincuencia organizada, de Felipe Calderón). Hay que cuidar esa institución que es el Ejército

Lo que sigue del mensaje no tuvo desperdicio que no se utilice (el ejército) para suplir las incapacidades de los gobiernos civiles; que no se enfrente al Ejército con el mismo pueblo de México. ¡¡Que regresen los soldados a los cuarteles ¡! insistió, este es un asunto que debe resolverse de otra manera, con desarrollo, con bienestar, no con el uso de la fuerza, no desgastando más a las instituciones de la República

¿Engaño, verdades a medias, incapacidad?, de todo. La realidad está presente. Su nulidad, falta de visión o decisión lleva jiribilla: mantener a la Fuerza Armada en la calle ¿cómo policía pueblerina?

 

¿Qué significa militarizar la seguridad pública? Hacerlo en un país democrático (ignora sus más de 30 millones de votos que lo llevaron a Palacio Nacional) contribuye a profundizar un orden económico y político excluyente, atravesado por la violencia diaria perpetrada desde el Estado.

Con esta decisión de Andrés, la cúpula de la Fuerza Armada, como parte de la clase dominante, adquiere un papel protagónico en la transición de gobiernos militarizados. La inconsistencia del poder civil frente al militar debilita o sepulta a la democracia.

El descontrol gubernamental (1 año 6 meses) de la Transformación de 4ª –léase AMLO- ya provocó descontento, desconfianza, hartazgo, desilusión, que remontan al pasado en que amenazas y conflictos entre militares y civiles en el poder, hoy los revive cuando nueva inconformidad se cierne por la fragilidad del Estado, el crimen organizado interno y externo, por ello la T4a recurre al concepto “defensa nacional”, según sus datos, objetivos, intenciones, maquinación o perversos intereses.

La incapacidad del gobierno de Morena es el detonante para que AMLO haya recurrido a posicionar a la Fuerza Armada en las calles, ante el fracaso, inoperatividad, nulidad de su Guardia Nacional, que nació viciada de origen, por el arrebato del Peje por sepultar a la Policía Federal montándole una “guardia a modo” para protegerle las espaldas, no para salvaguardar la tranquilidad y paz de la población. Así quedó demostrado cuando en 2019 el Presidente norteamericano Donald Trump ordenó a López Obrador blindar la frontera sur de México y Guatemala para impedir que las caravanas de migrantes de Centroamérica cruzaran nuestro país para pedir asilo a Washington. De inmediato el Peje dispuso que la Guardia Nacional se convirtiera en la Border Patrol para no incomodar al Tío Sam.

Tampoco funcionó, López fracasó con su GN y decidió vilmente, limitarla y darle poder a la Fuerza Armada (por Decreto). Los mexicanos debemos estar alertas, unidos, cuidarnos porque ya con poder y decisiones, la policía pueblerina podría implementar prácticas de espionaje, terrorismo, violencia, tortura para coartar inconformidades, protestas, libertades individuales y colectivas, desapariciones forzadas.

Malamente el Decreto que modificó el Artículo 89 Constitucional referente a la GN (ojo) no establece mecanismos para rendición de cuentas o fiscalización de las acciones de la Fuerza Armada, de hecho, se irá por la libre –diría el clásico-

¡Atención! el triunvirato Ejército/Marina/Guarda Nacional en las calles se interpreta como militarización disfrazada en “castrenses civiles” con plenas facultades para reprimir, coartar, intimidar, atemorizar a la población, primero con su sola presencia, sus armas largas, sus vehículos agresivos. Segundo, con la potestad de actuar si “consideran” que los inconformes afectan el libre tránsito, interpretando la máxima militar “primero ataque, luego guirigue”.

¿Eso queremos para México? ¡NO! Dejemos de ser pasivos, utilicemos los instrumentos de comunicación existentes, levantemos la voz e impidamos –aunque ya está Decretado- la militarización del país y su consecuencia, la eventualidad de la dictadura.

 

 

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