Connect with us

ScrewBall

Rehenes de un virus y la impunidad

Es imperdonable e imposible la omisión de la autoridad para no imponerse.

Published

on

Los hechos violentos registrados durante una marcha para protestar por el racismo en los Estados Unidos, frente a la embajada de ese país en esta capital, dejó en claro que el actual gobierno está decidido a no asumir el costo político que implica cumplir con su responsabilidad.

Resulta por demás incomprensible que la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, se cruce de brazos y decida no desplegar a los policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana para evitar desmanes y destrozos por parte de los mismos de siempre: los encapuchados de negro que armados de palos, bombas molotov, piedras, pilos, martillos y palas, volvieron a destrozar negocios, bancos y edificios y robaron arteramente tiendas de conveniencia.

Estos delincuentes violentos volvieron a mostrar total impunidad sin que un solo policía interviniera mientras ocasionaban desmanes. El objetivo de la movilización del viernes era protestar por la violencia racista en Estados Unidos frene a la embajada de ese país, a la cual el gobierno de la capital le facilitó las vallas metálicas, como lo hace desde hace varios años para evitar ser objeto de agresiones.

Pero nuevamente, a los grupos que pacíficamente se expresan para sumarse al descontento mundial en contra de la violencia, vuelven a infiltrarse los mismos vándalos que nos han hecho rehenes de sus acciones y se han aprovechado de la absurda disposición de este gobierno de no intervenir ni dispersar protestas, porque “no son partidarios de la violencia”.

La Ciudad de México no tiene autoridad. La doctora Claudia Sheinbaum, quien ocupa el cargo, ha sido rebasada una, y otra y otra vez. La ciega lealtad a su padrino político la traicionó y ha ocasionado que los capitalinos seamos rehenes de estos grupos a los que poco les importa la emergencia sanitaria que vivimos.

¿Qué es lo que está esperando la Jefa de Gobierno o su secretario de Seguridad Pública y la Fiscal de esta capital para cumplir con su responsabilidad? Lamentar más muertos que los que no cuentan con la pandemia? A esos no los van a poder esconder en sus estadísticas.

Hay un pretexto (que no es un argumento) para que la policía no intervenga cada vez que se registran estos hechos, y que siempre repiten como se les han enseñado en la doctrina del gobierno federal: “no van a caer en la provocación de sus adversarios y nunca reprimirán al pueblo, porque no son como los conservadores del periodo neoliberal”

Es cierto, quizá sea una provocación por parte de grupos porriles y anarquistas que han existido desde siempre y que no solo han puesto en evidencia a este gobierno, sino todos los que les precedieron este tipo de expresiones violentas. Pero qué acaso ¿no existen las áreas de inteligencia y de investigación criminal para poder dispersar sin lujo de violencia a estos sujetos? ¿en dónde está la señora Fiscal cuya obligación es perseguir a los responsables de los delitos para aplicar la ley?

Es la enésima ocasión que hacemos un llamado a la Jefa de Gobierno a que ponga manos a la obra y acabe con estos grupos que actúan con abierta impunidad. ¿Qué no saben quiénes son?, pues si no lo saben, no sirven para ejercer el cargo que ostentan, y si lo saben esta peor, pues entonces se convierten en cómplices de estos delincuentes al dejarlos libres, una vez y otra y otra también.

Este vacío de poder que se vuelve a manifestar -insisto, ya lo hemos comentado en este espacio en varias ocasiones- se da ahora en un contexto muy particular y por lo mismo cobra una mayor relevancia tener que comentarlo.

Estamos en un estado de emergencia sanitaria que nos deja diariamente poco más de mil personas muertas; las autoridades del sector salud a nivel federal han sido rebasadas y en esta ciudad, el vacío de poder nos deja a la deriva. Somos la entidad del país con el mayor número de contagios y muertos a nivel nacional, y a pesar de ello, el gobierno capitalino –leal al oficialismo de López Obrador- ha comenzado a levantar restricciones para evitar contagios. ¿dónde está el compromiso social que juraron cumplir cuanto rindieron protesta?.

Los encapuchados, los anarquistas o quienes sean estos sujetos, se atrevieron a salir y a violar la máxima de “quédate en casa” del doctor Gatell para salir a cometer destrozos con un pretexto legítimo, pero que ellos hacen ver perverso y ridículo: ¡protestar frente a una embajada para rechazar la violencia y el racismo! Vaya paradoja.

¿Cómo entender una protesta con este fin, cuando los impunes de negro -hombres y mujeres encapuchados y vestidos de negro- hacen lo que quieren y se atreven incluso a lanzar petardos y bombas a territorio enemigo (porque la embajada es territorio de Estados Unidos) sin que un solo policía intervenga.

Ayer marcharon contra la actitud brutal de un policía que acabó con la vida de un ciudadano negro en Minnesota, y quizá hubieran protestado igual por la muerte del joven Giovanni a quien policías municipales de Ixtlahuacan de los Membrillos en Jalisco mataron mientras los tenían en custodia, pero cualquiera de las tres convocatorias son lo de menos, el hecho es que una vez más sobrevino la filtración de esos encapuchados.

No comparto los argumentos ni la irresponsable decisión del gobernador de Jalisco Enrique Alfaro, de imponer arrestos a quienes se negaran a cumplir el confinamiento en su estado para evitar contagios de Covid, pues con una policía cuya preparación es por lo general mediocre y plagada de corrupción, resulta imposible encomendarles semejante instrucción.

Tampoco coincido en que se lleve al terreno de lo político la actuación de estos grupos, como lo hizo Alfaro al acusar al presidente López Obrador y a la Jefa de Gobierno de patrocinarlos para que fueran a la sede de gobierno de aquel estado a cometer destrozos. Pero, ¿qué podemos pensar si con diferencia de horas, vemos a estos grupos operar y moverse en Jalisco, en plena emergencia sanitaria?

Es imperdonable e imposible la omisión de la autoridad para no imponerse. Hoy, sumamos cada vez más muertos por un virus que se ríe de todos, los panteones se llenan de víctimas del Covid-19 y si no se actúa ya, muy pronto se llenarán de víctimas mortales que también podrían dejar la indolencia.

Hoy, somos rehenes de un bicho biológico que sin piedad se extiende en nuestra capital, pero también de un grupo de encapuchados de negro que se han convertido en los verdaderos dueños de nuestra tranquilidad y que el viernes nos recordaron que el Covid, lo mismo que la autoridad, les hace lo que el viento a Juárez.

 

Continue Reading
Advertisement Article ad code

Los influyentes

Twitter

Facebook

Advertisement Post/page sidebar widget area

Recientes