El tiro en Álvaro Obregón está cantado: el exdelegado Leonel Luna inauguró el jueves pasado una “casa de gestión” en ese territorio, que no es otra cosa que un centro de operación política para recuperar esa alcaldía que su grupo perdió ante Morena en 2018.
Luego de su derrota electoral, Luna bajó su perfil, al grado de renunciar al PRD, y apenas el año pasado reapareció como nuevo integrante del Partido Verde Ecologista de México, donde le fue encomendada la labor de afiliación en el campo.
Aunque su cargo oficial indicaba que armaría una fuerza territorial para el partido en toda la República, en realidad el exdelegado se dedicó a armar una estrategia electoral para posicionar a los verdes en la Ciudad de México.
Hasta ahí todos pensaban que el exdelegado se había olvidado del territorio, que estaba concentrado en otras partes de la capital, pero con la apertura de su “casa de gestión” dejó en claro que busca la revancha, lo cual, por supuesto, ya alborotó el gallinero.
Sobre todo porque Leonel no llega solo, sino en preacuerdo con el PAN, el PRD, el PRI y, por supuesto, el Verde, para explorar con qué candidato o candidata pueden quietarle la alcaldía a Layda Sansores, quien tiene la cabeza más puesta en Campeche que en Álvaro Obregón.
Los nervios morenos ante la reaparición del también exdiputado local se deben a que, a pesar de haberlo derrotado hace dos años, la diferencia en votos no fue abrumadora y si esta vez los panistas van con él, los de la 4T tienen razón en andar espantados.
En territorio obregonense dicen que Luna ya no tiene el control y que sus principales líderes ya lo abandonaron; unos porque murieron por covid-19 y, otros, porque ya se fueron a entregar a la administración morenista. Y a lo mejor es cierto, pero la realidad es que en tierras obregonenses hay mucha inconformidad contra del gobierno de Layda, sobre todo entre las clases media y alta, y están ansiosas de que surjan nuevas opciones electorales para el próximo año.
Esta alcaldía tiene una amplia franja de habitantes que comulgan con el panismo y que están inconformes también con el gobierno de Claudia Sheinbaum, que deberá tener mucho cuidado en palomear a quien buscará refrendar el triunfo en 2021.
Una de las más apuntadas era Valentina Batres, pero luego de su fallida ley en favor de los inquilinos morosos, que tanto dañó la imagen de la 4T entre los votantes, los morenos tendrán que meditar bien si es la opción.
Porque, además, si Luna conserva algo de la base que formó como delegado y los partidos aliancistas se ponen de acuerdo en el reparto de candidaturas a diputados locales, federales y a alcalde, seguro le quitan ese territorio a los pejistas.
CENTAVITOS
Apenas se dio a conocer la lista de un grupo de diputados de Morena que demandaban la anulación del proceso preselectivo de los futuros integrantes del INE, un nombre llamó la atención entre los firmantes: Dolores Padierna. A ella se le ubica como la promotora de la lista, por ser la esposa de René Bejarano, que en 2012 impuso a Diana Talavera como presidenta del Instituto Electoral del DF. Y como Talavera no fue incluida en la lista de 20 finalistas a integrarse al INE, los bejaranistas hicieron equipo con el locuaz John Ackerman para exigir la reposición del proceso, pues ya se habían hecho la ilusión de tener una marioneta en el órgano electoral.
