Luego de arduas negociaciones, en las que los radicales de Morena se negaban a acatar la Constitución de la CDMX, que daba al PAN y PRD el control operativo en Donceles, los diputados acordaron anoche que el perredista Víctor Hugo Lobo presida la Junta de Coordinación Política.
Fueron varios días en los que se vieron acciones sucias del partido en el gobierno, tratando de evitar que alguien del sol azteca pudiera encabezar el máximo órgano de gobierno, y menos si se trataba del exjefe delegacional en GAM, que con esto se reposiciona rumbo a 2021.
Antes de llegar a un acuerdo, Morena le había robado al PRD un diputado en la persona del exdelegado en Coyoacán, Valentín Maldonado, quien la semana pasada no sólo dejó la bancada, sino también renunció al partido.
La salida de Maldonado era clave, pues sin su presencia el sol azteca se quedaba únicamente con cuatro diputados, empatados con el PRI, partido que tiene el mismo número de curules; ambos detrás de Morena y del PAN.
Y como la ley dice que el grupo parlamentario que represente la tercera fuerza legislativa tiene derecho a presidir un año la Mesa Directiva del Congreso y la Jucopo, el empate entre PRD y PRI los metía en un problema, pues la legislación no contempla una solución para esta situación.
Aunque el priista Armando Tonatiuh había manifestado que no estaba interesado en el cargo y que apoyaba a Lobo, Morena y el gobierno de la capital lo presionaban a aceptar el cargo, para evitar la llegada del sol azteca.
El PRD tenía un as bajo la manga, que era el posible regreso a la fracción de Evelyn Parra, diputada que el año pasado había dejado la bancada, como consecuencia de un conflicto interno entre perredistas, por hacerse del control del partido en la ciudad.
Además de Lobo en la Jucopo, el panista Diego Garrido será quien presida la Mesa Directiva, con lo que la oposición completa el uno-dos en Donceles, justamente en el año electoral rumbo a 2021, por lo que ahora sí Morena tendría que aprender a hacer política.
Con esta decisión uno de los que pierden es Mauricio Toledo, quien fue el que ordenó a su diputado Valentín dejar el grupo parlamentario para que el PRD no fuera tercera fuerza, como un favor al ala radical morenista; su sacrificio fue en vano.
Como también en vano fue que en San Lázaro Toledo se haya vendido al Partido del Trabajo, para que los petistas rebasaran al PRI en número y que Gerardo Fernández Noroña pudiera presidir la Mesa Directiva del Congreso Federal, pero al final no lo logró.
Allá fue el PRD el que prestó cuatro diputados al PRI para mantener el tercer lugar, en una vendimia legislativa asquerosa, pero que al final les dio resultado.
Como sea, ninguna de las dos jugadas le resultó a Toledo, que en los dos congresos se quedó como el chinito, nomás milando.
CENTAVITOS
Como si se tratara de un trabajo de la secundaria, el gobierno de la CDMX dio a conocer ayer 10 escuetos puntos -bastante generales-, que según Claudia Sheinbaum corresponden a un plan de reactivación económica para la capital. No dice cuándo y menos cómo, y como no se permitieron preguntas en el evento vía internet, pues quedó bastante claro que las autoridades no tienen ni idea de qué van a hacer. Porque eso de que aumentará el regalo de dinero a la población a través de los programas sociales, cualquier estudiante de economía podría decirles que no es el camino para la reactivación.
